Desgraciadamente los accidentes de tráfico se han convertido en un hecho cotidiano en nuestras carreteras y aunque año tras año mueren menos personas en accidente de tráfico, siguen siendo muchas y no deja de sorprendernos cuando nos encontramos ante una situación desagradable como esta, pero…¿sabemos que hacer ante un accidente?, ¿cómo debemos actuar?.
Piensa que en cualquier momento y carretera podemos ser testigos de un accidente y nuestro deber es socorrer a los heridos, ya que podemos salvar la vida de una persona. Se estima que un 57% de las víctimas de este tipo de accidentes muere en los primeros minutos, mientras llegan los servicios de emergencia. por ello desde coches.com te queremos recomendar como actuar en determinadas situaciones.
La primera norma de obligado cumplimiento ante un accidente de coche es tan simple como importante: no actuar si no se está seguro de que lo que se hace es lo correcto. Sacar del automóvil o mover erróneamente a un accidentado puede provocarle nuevas lesiones o agravar las que ya ha sufrido, por lo que es mejor abstenerse de desplazarle, a no ser que su vida corra un peligro inminente.
Señalizar bien la zona del accidente es de vital importancia ya que no sería la primera vez que por socorrer a una persona se provoca un nuevo accidente. Por ello es imprescindible señalizar bien la zona del accidente con triángulos de alta visibilidad y acotar el espacio para que el resto de vehículos estén alertados del peligro.
Después de haber señalizado el accidente tendremos que llamar a los servicios de emergencia (112), para comunicar lo ocurrido, siendo preciso en la información que se les dé señalizar la ubicación exacta del accidente, número de heridos y tipo de suceso.
Una vez analicemos la situación y mientras llegan los servicios de emergencia, tendremos que analizar en el caso de que vayan varios ocupantes en el vehículo, cual de ellos corre más riesgo o está en peor estado. Recuerda que en cualquiera de los casos habrá que que acostarlo sobre la espalda, con la cabeza inclinada hacia un lado.
En caso de considerar necesario atender al herido, lo primero será examinarlo teniendo en cuenta varias cuestiones: si está consciente o no, si respira y tiene pulso, si sangra y si presenta alguna fractura. Para comprobar si está consciente, basta con hacerle al accidentado una cuantas preguntas y en caso de que no conteste, estimularle con un pequeño pellizco o tocándole el hombro. Para cerciorarse de que respira, se debe acercar la mejilla a la boca y nariz para notar el calor del aire expirado. También se puede observar si el tórax y el abdomen se mueven. Para tomar el pulso, se colocan los dedos índice y medio a los lados del cuello, nunca el dedo pulgar, ya que tiene pulso propio.
En caso de que exista alguna hemorragia, lo mejor es presionar sobre la herida para evitar que siga saliendo sangre y nunca retirar la presión de la herida.
Un tema fundamental es que no hay que mover a las víctimas si no es imperiosamente necesario, ya que realizarlo de manera incorrecta puede tener consecuencias nefastas y por eso conviene esperar a que sean los expertos quienes practiquen esta maniobra.
Un paso inicial e importante a la hora de socorrer a un accidentado es examinarle. Si está inconsciente, se tiene que buscar el pulso, tomándolo bajo la barbilla con los dedos índice y corazón. Si existe pulso y respiración, se le debe colocar con la cabeza hacia atrás para que pueda respirar correctamente y recostarlo de lado, con una mano por debajo de la cabeza y la pierna libre un poco adelantada. No hay que olvidar poner siempre la cabeza hacia atrás para que no se ahogue si vomita.
En caso de que el herido no respire ni se aprecie el pulso, lo mejor es situarlo en una superficie dura boca arriba y prepararlo para la reanimación. El método boca a boca es sencillo y muy útil en las paradas respiratorias, y se practica de la siguiente manera: se tapan las fosas nasales de la víctima y se acerca la boca a la suya, intentando taparla por completo para que no escape el aire.
A continuación se realizan dos insuflaciones de dos segundos de duración con una cantidad de aire algo superior al que se expira normalmente. Tras las dos insuflaciones, hay que comprobar si hay pulso. En caso de que fuera así, se mantiene la respiración artificial a un ritmo de 12 insuflaciones por minuto, comprobando cada poco tiempo si sigue existiendo pulso.
Si tras el boca a boca, el herido no reacciona, hay que realizar el masaje cardiaco. Lo primero es localizar el punto donde se va a aplicar, el cual está situado en el tercio medio del esternón.
Sobre esta área se coloca la parte baja de la palma de la mano (la que está situada cerca de la muñeca) y sobre ella, la misma zona de la otra mano, entrelazando ambas. Hay que mantener las manos firmes y los brazos extendidos para hacer fuerza, aplicar el masaje comprimiendo el tórax unos cuatro centímetros y realizar unas 80 compresiones por minuto.
Es posible combinar la reanimación cardiaca con la pulmonar de la siguiente forma: dos ventilaciones por cada 15 compresiones, manteniendo este ritmo constante.
Recuerda que si no te sientes seguro, es mejor que no realices estás maniobras y esperes a que lleguen los servicios de emergencia.
Hemos querido detallar como tendrías que actuar en primera instancia y que cosas podrías hacer si te sientes capacitado para ello.