A estas alturas ya debes conocer la importancia del aceite para el buen funcionamiento del motor del coche. En su día te contamos todos los mitos sobre lubricantes que pueden llevar a engaño y también el desastroso estado de un motor cuándo no se realiza nunca un cambio de aceite.
Pero sustituir el aceite no basta. Es clave también cambiar el filtro. Tanto o, si cabe, más. Tal y como nos cuentan los especialistas en lubricantes de Total España, el aceite del motor de tu coche sirve para reducir la fricción entre las artes móviles, con lo que se reduce el desgaste de los componentes y prolonga la vida de la mecánica. Debe estar lo más limpio posible y para ello se sirve del filtro.
El filtro se encarga de retener todas las impurezas y partículas extrañas que puedan desgastar las piezas, que se encuentran flotando en el lubricante (como pequeños residuos de la combustión o pequeños fragmentos de metal producto del rozamiento de los componentes internos).
Si el filtro está en mal estado, estos elementos están circulando por el motor, la mecánica reducirá sus prestaciones, que además gastará más combustible y verá reducida su vida útil.
Tipos de filtros de aceite y sus partes
Un filtro de aceite se trata de un cartucho que esconde diferentes capas de elementos porosos, por donde pasa el lubricante para ser filtrado. Si está en buenas condiciones retiene más de 97% de partículas, muy pequeñas, de entre 10 y 40 micras de tamaño (un cabello tiene un espesor de unas 60, para que te hagas una idea de lo pequeñas que pueden ser). Hay diversos tipos en el mercado, en función de su estructura:
- Filtro de aceite con cartucho intercambiable: Mantiene la carcasa exterior y solamente hay que cambiar el filtro interior. Son más baratos (no hay que cambiar todo), pero también más difíciles de cambiar para manos inexpertas. Suelen encontrarse en motores diésel.
- Filtros de aceite monoblock: Se trata de una sola pieza, muy sencilla de extraer y reemplazar. Son los más habituales.
- Filtro de aceite centrífugo: Emplean una fuerza centrífuga, que moviliza el aceite a su paso, para empujar las partículas nocivas hacia un papel de filtro. Los usan sobre todo diésel de gran tamaño.
Independientemente del tipo de filtro, pueden contar con distintas partes:
- Válvula de desvío (by-pass): La incluyen los filtros de calidad. Se encarga de dirigir el aceite no filtrado al circuito en caso de que el filtro se obstruya (clave en climas fríos, donde el aceite puede espesarse mucho hasta que el motor se calienta).
- Válvula anti-retorno: Los filtros de buena calidad incluyen esta válvula, que evita que el aceite vuelva todo al cárter tras apagar el motor. Así, los filtros y conductos tienen aceite al encender el motor.
- Carcasa del filtro: Es el “envolotrio” del filtro. Han existido casos (en arranque en frío), que provocan tal presión que pueden llegar a estallar. No es común… y menos mal, porque en esos casos se pierde todo el aceite del coche y los daños al motor son muy considerables… sino fatales.
Cuándo cambiar el filtro de aceite
Sigue siempre las indicaciones del fabricante en el manual del coche. Por regla general, la vida útil de un filtro de aceite ronda los 10.000 km y lo más aconsejable es sustituirlo cada vez que se le realice el cambio de aceite al vehículo, para evitar que se filtren los residuos acumulados en el aceite nuevo.
El precio de un filtro de aceite depende del tipo de filtro que requiera tu coche… pero no te alarmes, ya que está entre los 5 y 15 euros. Lo mejor es elegir uno de calidad, de un fabricante consolidado, de reputación contrastada. No conviene en absoluto escatimar… y menos cuando hablamos de cantidades tan pequeñas.
Desde Total España nos aconsejan fijarnos en la capacidad de filtrado, que indica la cantidad de contaminantes que pueden retener antes de obstruirse. Cuanto más, mejor (los buenos tienen una capacidad de 13 gramos). Y tener presente también qué eficaz es para eliminar las partículas de menor tamaño.
Fuente: Totalblog