El verano implica un fuerte incremento de la cifra de desplazamientos por carretera, lo que estadísticamente aumenta el riesgo de que se produzcan accidentes de tráfico. Por ello Hella, proveedor global de la industria del automóvil, propone el uso y la generalización de los sistemas de luz diurna basados en tecnología LED, ya que pueden reducir hasta en un 5% los accidentes por falta de visibilidad.
La multinacional señala que los sistemas de luz para circular de día favorecen la visibilidad de los vehículos, un factor importante cuando un 90% de los siniestros que se producen en nuestras carreteras se deben a un fallo humano relacionado, generalmente, con una percepción deficiente al volante y un tiempo de reacción excesivo.
De acuerdo con datos de la DGT, en la primera mitad del año se han producido 760 víctimas mortales, un 18,8% menos que entre enero y junio de 2009. Pero, a pesar de esta mejora, este año se esperan 86,3 millones de desplazamientos por carretera, un 0,4% más que el pasado año, lo que aumentará los riesgos de que se produzcan siniestros.
Con estas cifras, no sorprende que la Unión Europea haya considerado prioritaria esta cuestión y obligue, a partir del 7 de febrero del 2011, a que todos los vehículos nuevos que se matriculen equipen sistemas de iluminación diurna.
Además de mejorar la seguridad, la tecnología LED tiene otras importantes ventajas sobre la iluminación convencional que afectan directamente al bolsillo de los usuarios, como es el consumo de carburante. Así, unos faros halógenos generan un consumo de carburante de 0,2 litros cada 100 kilómetros para producir la energía que necesitan, mientras que los faros LED, que consumen un 40% menos, sólo generan 0,12 litros.
Y, aparte del consumo, también resultan más económicos a lo largo de su extensa vida útil. Así, mientras que una luz halógena puede durar unas 1.000 horas, aproximadamente, los equipos con tecnología LED pueden tener una vida útil de hasta 20.000 horas.
Por ello, con un uso normal del vehículo es probable que estos equipos de iluminación duren tanto como el propio vehículo, lo que supone un sensible ahorro en tiempo y piezas de recambio como lámparas y superficies reflectoras quemadas.