A la hora de comprar un coche, el usuario siempre tiene que estudiar el plan de pago más interesante, pues el desembolso es ejemplar. Siempre se ha dicho que la adquisición de un vehículo es la segunda más grande tras la de una vivienda. Sin embargo, actualmente hay más opciones para poder conducir sin necesidad de atarse a largo plazo con su compra directa. En los últimos años hemos visto un aumento interesante en el renting a particulares y parece que en esta década lo que se llevará será el coche por suscripción, algo que ha ido cogiendo popularidad gracias a empresas como Wabi.
Ya hemos hablado varias veces de esta modalidad que permite al usuario unaflexibilidad mucho mayor. Bautizado por muchos como “el Netflix de los coches” se trata de un pago por uso en el que existe una libertad total. El interesado no está en propiedad del vehículo, pero lo utiliza durante el tiempo que desee pagando una cuota mensual. En el precio van incluidos gastos importantes como el mantenimiento o el seguro, así que se simplifica y mucho la fórmula. Y si nos centramos en el plan de pago también vemos que es más sencillo que en otras modalidades.
En el coche por suscripción no hay más opciones que abonar una mensualidad, como en la mayoría de servicios de pago por uso. En el coche por suscripción la primera decisión que hay que tomar (al margen del modelo que se quiere) es la duración del contrato. En la mayoría de casos, el mínimo para suscribirse a un coche es un mes, sin que haya un máximo en su duración. De esta forma se aplica un pago mensual que incluye todos los gastos que se podrían esperar en un vehículo, otra de las ventajas principales de esta modalidad.
En empresas como Wabi, la cuota mensual incluye el seguro a todo riesgo, el mantenimiento, la asistencia en carretera, el cambio de neumáticos y una atención al cliente personalizada. Lo único por lo que tendrá que preocuparse el usuario será por el combustible y por las multas. La suscripción se va renovando automáticamente mes a mes mientras que el usuario esté conforme, aunque tiene la ventaja de que puede cancelar en cualquier momento, no hay compromiso de permanencia en este tipo de servicio.
Un gasto que también ha de ser considerado en el coche por suscripción es la fianza. Hay algunas empresas que solicitan un depósito de dinero a modo de garantía por si hubiera algún tipo de improvisto. Ese pago se congela y es devuelto al usuario cuando finaliza el contrato. Por otro lado, al suscribirse a un coche suele ser habitual tener que declarar el número de kilómetros que se van a recorrer al mes. Si se supera ese límite de kilometraje también se tendrá que pagar una penalización económica.
Como hemos visto, el coche por suscripción no tiene tantas opciones de pago como la compra tradicional o como el renting. De hecho, una de sus ventajas principales es la simplicidad de todo el proceso. Las empresas pretenden que el usuario solamente tenga que pagar mensualmente por usar su coche y que se olvide de todo lo demás. También prima la rapidez y sencillez del proceso de alta y de baja, algo que se puede hacer desde una aplicación móvil en apenas minutos.