Ver tu coche igual día tras día puede ser monótono y más si ves que tu vecino, el periodista del motor, cambia de coche cada semana. Pero es peor circular y ver el mismo coche que tienes, más si tienes un Dacia Sandero Verde o azul, que es un gran coche, pero hay a patadas.
No es que hayas elegido mal, es que el ostracismo que nos crea ver el mismo coche día tras día nos puede cansar. Si quieres destacar un poco entre la multitud, dar un toque personal a tu vehículo o, simplemente, cambiar su color, cubrirlo con vinilo puede ser una alternativa.
Envolver cual regalo nuestro coche con vinilo es una excelente manera de darle a tu compañero de viaje una apariencia renovada sin tener que pasar por chapa y pintura, llamar al seguro, etc. Aunque, al igual que esta última, de no aplicar el vinilo correctamente, podría derivar en un resultado deficiente y tener que volver a revisar la carrocería de nuestro coche. Hacer las cosas bien requiere de tiempo, paciencia y maña. Puede hacerlo un profesional, o puedes hacerlo tú mismo si cumples con los requisitos.
¿Qué vinilo comprar?
Hay dos tipos de vinilo, los calandrados y los fundidos. El primero es algo más grueso y pegajoso que los fundidos. Su calidad está un escalón por debajo y es más difícil de moldear, más recomendable para situaciones menos exigentes o chapas prácticamente impolutas. Por el contrario, el vinilo fundido es más flexible y más fácil de manipular sobre las superficies más delicadas, como los bordes de las piezas de la carrocería y sus curvas más marcadas.
El vinilado de un coche puede superar los 1.500 euros en un taller
Como solían decir nuestras madres y abuelas, mejor que sobre a que falte. No compres lo justo para cubrir el coche. Compra algún metro de más por si las moscas que, como un protector de pantalla para el móvil, no siempre se ajusta bien a la primera y necesitarás de un par de pruebas para atinar y perfeccionar la noble técnica. Cuando vayas a desplegar el vinilo, hazlo sobre una superficie lisa y limpia. Un cristal, aluminio o plástico corrugado. Cualquier superficie de madera es altamente recomendable para hacer inservible nuestra compra.
El precio para del metro cuadrado de vinilo puede rondar los 25-50 euros (depende de la calidad). Ten en cuenta que, si es tu primera vez, no hace falta que te compliques la vida tontamente. Procura no empezar por un vinilo cromado, pues no sólo es el más caro, sino que también es el más difícil de aplicar. Si te gusta la pintura mate, tienes que saber que su vida útil es más corta y cualquier arañazo, golpe y la mera suciedad como una hez de ave, será mucho más difícil de disimular.
Antes de instalar el vinilo
Barre, friega, pasa la mopa y haz la prueba del algodón para que toda la zona que rodee al vinilo esté bien limpia. Este material es tendente a atraer el polvo. Si unas sucias partículas se pegan al vinilo, da por hecho que el permanecerán también junto a tu coche al aplicarlo. No haría falta decirlo, pero asegúrate de tener espacio suficiente para desenrollar cómodamente el cilindro de vinilo y poder manipularlo sin chocarte con nada.
Si dispones de algún limpiador para dejar la carrocería impoluta, úsalo. Si no lo tienes, no es una mala idea comprarlo. Como nuestro lugar de trabajo, el coche ha de estar impecable. Para evitar la pelusilla que suelen soltar la mayoría de los trapos, pule la superficie con una bayeta de microfibra y espera a que esté completamente seca. La suciedad y la humedad se llevan mal con el adhesivo del vinilo, y también el encerado.
Luego ya puedes medir la longitud de la superficie que quieres cubrir. Para no tener que ir a por un metro, boli y papel, puedes hacer lo siguiente: coloca una tira de cinta de carrocero de extremo a extremo, tanto longitudinal como transversalmente. La cruz sobre la pieza elegida debe de sobresalir varios centímetros (de 5 cm en adelante) por ambos lados. Coge el rollo de vinilo y extiéndelo. Quita la cinta de la carrocería, alinéala con el vinilo y corta lo más recto posible.
¿Cómo instalar el vinilo sobre el coche?
La respuesta fácil es yendo a que te lo instalen y te dejas de lios, pero si no: retira el forro protector de la parte adhesiva y coloca el trozo que has cortado, aproximadamente, en el centro del área que estés envolviendo. Es importante asegurarse de que la superficie esté completamente cubierta, sin que se vean los bordes. Notarás que se empieza a pegar, pero no te preocupes, no lo hará de forma permanente hasta que se aplique el calor necesario para sellarlo. Antes de este paso, puedes quitar y poner el vinilo a tu antojo.
Dos cabezas son mejor que una, y cuatro manos mejor que dos. Si no quieres una frustración continúa por lo delicado que es manejar el vinilo, tener un amigo en ese momento es mucho más práctico, especialmente en aquellas superficies de envergadura como el capó o el techo. Sostened cada uno los extremos del segmento de vinilo y estirad, como si fuese una sábana. Eso ayudará a eliminar la mayoría de las arrugas de la zona media.
Con la ayuda de una espátula, que puede ser de plástico (permiten ejercer mayor presión), de fieltro (más suave y mejor en las secciones más irregulares) o mixtas, alisa la superficie de dentro hacia fuera para expulsar las burbujas de aire. Si ves que en las zonas más curvadas el vinilo está acabando con tu paciencia, no te preocupes. Levanta, recoloca, y alisa las veces que sea necesario.
Con paciencia, persistencia y un poquito de calor, acaba saliendo. Con un secador de pelo potente de esos que te queman la cabeza si no pulsas el botón de enfriar, puedes rociar un poco de ese aire sobre las zonas más puñeteras para que sea más maleable. No apliques demasiado tampoco, porque se acabará pegando. Eso sí, disponer de una pistola de calor es mucho más recomendable si queremos ganar en comodidad, eficiencia y eficacia.
Quedan los bordes sobrantes. Ablándalos con la pistola de calor y haz el mismo proceso que antes para eliminar las arrugas antes de fijarlos del todo. Cuando lo hayas conseguido, corta con una cuchilla (un cúter) el exceso de vinilo. Tampoco te emociones al cortar, deja entre uno y dos centímetros. La envoltura de vinilo se encogerá cuando la calentemos en el proceso final y el pegamento empiece a actuar.
Ahora toca asegurar la fijación del vinilo con una pistola de calor. Una vez que lo veas todo bien y correcto, dale calor a las partes que hayas recubierto. No podrás volver atrás y cambiarlo una vez lo hayas hecho porque el adhesivo se activa completamente, así que debes estar bien seguro de que te gusta el acabado. Aunque depende del vinilo seleccionado, lo normal es calentarlo a una temperatura entre 90 y 120 grados centígrados, y no acercarse con la pistola a menos de 15 cm.
Y llegamos al último paso, celebrarlo. Ha sido un trabajo tedioso completamente enfocado a los detalles. Siéntate, ábrete una cerveza fresquita y disfruta de un trabajo bien ejecutado. Si así ha sido, la envoltura no dañará la pintura que resguarda y te puede durar hasta una década. Poder disfrutar de ello una vez terminado el proceso, en 24 horas lo tendrás listo y terminado.
Consejos para manos inexpertas
- Tantea la flexibilidad y la capacidad del vinilo para ser estirado y calentado antes de aplicarlo sobre el coche para hacerte una idea de sus limitaciones.
- No coloques el vinilo sobre superficies rugosas, sucias o húmedas.
- Retira todas aquellas piezas que no quieras cubrir de vinilo, como los retrovisores o las insignias del coche.
- Intenta no estirar ni sobar mucho el vinilo. Un excesivo manejo del mismo es una de las causas más comunes de no poder colocarlo bien.
- Aplica un poco de calor sobre las superficies más cóncavas, como los paragolpes o los arcos de rueda.
Fuente: Autobild, Motorpasión
[NOTA: Información publicada originalmente el 3/6/2019, ampliada y con pasos más detallados]