Seguro que estos días en los que hemos pasado tanto calor en España has oído comentarios acerca de la temperatura que indicaban el termómetro del coche, del tipo «mi coche llegó a marcar 43º, al sol, eso sí» (comentario 100% real que oí yo mismo).
No hay más que echar un ojo a las cifras de temperaturas máximas alcanzadas para ver que sí, fueron muy altas… pero no alcanzaron los valores que mostraban los coches en ningún momento. Tranquilo, la revolución de las máquinas no ha comenzado todavía y no se trata de un «troleo»masivo por parte de lso vehículos. Simplemente, el termómetro que equipan coches… no es realmente un termómetros, sino que en realidad se trata de un termistor.
Y ahí empieza el lío… y la explicación de esa divergencia. Mientras que un termómetro mide la temperatura, un termistor (cuyo nombre proviene de thermally sensitive resistor) mide los cambios en la corriente eléctrica una vez que el calor se añade o se retira. Están fabricados con un semiconductor (como los transistores) parar deja pasar parcialmente la corriente.
¿Por qué no poner un termómetro convencional? Por varias razones. En primer lugar, porque un termistor es mucho más económico, puede medir un amplio espectro de temperaturas… y además pueden conectarse sin problemas a infinidad de dispositivos. Eso explica que estén tan extendidos, tanto en los vehículos como en otras áreas.
No son perfectos. Según leemos, «no son lineales, lo que dificulta la adquisición de datos y resultan complicados de calibrar». Además, los termistores acusan el efecto del autocalentamiento por el paso de corriente, por lo que los ingenieros deben ser cuidadosos en la tensión y corriente que hacen circular por el sensor para evitar falsos aumentos de temperatura.
En los coches, además, la mayoría de los termistores están en la parte delantera, tras la parrilla frontal. Esto hace que la lectura sea mucho menos precisa, sobre todo los días calurosos y soleados, ya que también recoge el calor irradiado de la carretera. Las mediciones son más precisas cuando se viaja a velocidades rápidas y cuando el sol no incide directamente sobre la carretera, como de noche o cuando está nublado.
Una vez que hayas superado que tu coche no tiene un termómetro (sí algo que hace una función realmente similar) hay que tener en cuenta que funcionan realmente bien para medir temperaturas por debajo de 0º centígrados, aunque tendrás que recordar que su precisión nunca alcanzará la de un termómetro. Podrá usarlo para ver cambios de temepraturas mientras viajas, por ejemplo, pero una buena aplicación de móvil del tiempo será, a día de hoy, más recomendable para ver qué temperatura hace en un lugar concreto.
Fuente: Wikipedia, Lifehacker