Cuando pensamos en motores de cuatro cilindros, no nos vienen a la cabeza enormes bloques. Más bien unidades destinadas a cumplir con un cometido funcional y ofrecer potencias relativamente modestas, salvo en aquellos que están destinados a competir o a ser muy rápidos, como los compactos deportivos. Sin embargo, aquí veremos cinco de los motores de cuatro pistones con la mayor cilindrada que se hayan fabricado nunca.
Porsche 968 Turbo S: 3.0 L
Cilindrada unitaria: 747,5 cc
En 1989, Porsche lanzó al mercado un nuevo motor para el 944. Con cuatro cilindros, cubicaba 2.990 cc, uno de los más grandes de su época. Siete años más tarde se actualizó con un turbocompresor para dar pie al Porsche 968 Turbo S, un exclusivo modelo limitado a 16 unidades desarrollado por Porsche Motorsports de Weissach. Entregaba 305 CV a 5.600 rpm y 501 Nm a 3.000 rpm. Alcanzaba los 285 km/h de velocidad punta y los 100 km/h desde parado en 5,1 segundos.
Pontiac Tempest: 3.2 L
Cilindrada unitaria: 795 cc
La primera generación del Pontiac Tempest debutó en 1961, siendo la base que, tres años más tarde, daría lugar al famoso Pontiac GTO, considerado el primer muscle car de la historia. En el momento de su lanzamiento, el Tempest se podía escoger con un motor de cuatro cilindros y 3.180 cc. Fue bautizado como “Trophy 4” o “Indy 4” y, literalmente, era la mitad del V8 de 6.4 litros. Entregaba 117 CV a 4.000 rpm y 265 Nm a 2.000 rpm, aunque se actualizó en los años venideros hasta los 157 CV.
Ford Model A: 3.3 L
Cilindrada unitaria: 821,5 cc
Fue en 1927 cuando llegó el Ford Model A, el sustituto del icónico Model T. Su bloque tertracilíndrico de 3.286 cc refrigerado por agua era capaz de entregar 41 CV a 2.200 rpm y 174 Nm desde tan solo 1.000 rpm. Su velocidad máxima quedaba fijada en unos nada desdeñables 105 km/h de la época. Con cuatro frenos de tambor (dos en el Model T) y una caja de cambios manual de tres velocidades, el Model A se convirtió en un digno sucesor.
Detroit Diesel Series 50: 8.5 L
Cilindrada unitaria: 2.125 cc
Este motor no pertenece a un vehículo en concreto, pues desde su nacimiento en 1993 ha propulsado a numerosos autobuses, semirremolques, vehículos industriales, militares y recreativos. La culata de este bloque diésel fue diseñada por John Deere, y en las versiones posteriores al 2000 se actualizaron con un turbocompresor variable y un sistema EGR. Se ofreció con potencias que iban desde los 253 CV a 325 CV –a 2.100 rpm– y un par motor de hasta 1.559 Nm a 1.200 rpm.
Fiat S76: 28.3 L
Cilindrada unitaria: 7.050,4 cc
El líder indicutible de esta lista sin lugar a dudas el Fiat S76, también conocido como “la Bestia de Turín”. Gestado en 1910, su motor de cuatro cilindros de 28.353 cc de aspiración atmosférica podía entregar 294 CV de potencia a 1.100 rpm y 1.876 Nm de par motor. Suficiente fuera para conseguir una velocidad máxima de 225 km/h en dos carreras, lo que lo convirtió en el vehículo más rápido en 1911. Si quieres escuchar cómo suene este monstruoso bloque, echa un vistazo al vídeo.
Fuente: Car Throttle