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Luis Ramos Penabad

Bacterias modificadas que convierten C02 en combustible

Los científicos del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) han tenido éxito (sí, otra vez). Ahora les ha dado por alterar genéticamente las bacterias Ralstonia eutropha de tal manera que son capaces de convertir carbono en isobutanol, un alcohol que puede ser mezclado con la gasolina (o incluso llegar a sustituirla).

Esta tecnología aún está en pañales, pero se espera que cuando se desarrolle algo más, ayude a reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y con ello la cantidad de dióxido de carbono liberado a la atmósfera. Aunque no somos químicos, intentaremos explicar qué es lo que han hecho estos cerebritos del MIT.

La bacteria Ralstonia eutropha se alimenta de carbono y cuando sus fuentes regulares de alimento escasean, normalmente responde sintetizando un tipo de polímero, en el que almacena cualquier carbono que encuentre. Los biólogos del MIT se pusieron a «jugar» y anulando algunos genes e insertando alguno de otro organismo, lograron obtener bacterias que producian isobutanol en lugar del polímero.

A diferencia de algunos otros biocombustibles, el isobutanol se puede utilizar directamente, ya que no requiere refinado. La bacteria produce el alcohol continuamente, y la libera al  medio fluido, de donde se puede filtrar. Esto es el «gran salto» de esta investigación» ya que en otros experimentos realizados en otras instituciones, había que destruir los diversos tipos de bacterias para poder recoger los subproductos de los biocombustibles deseados de sus cuerpos.

Ahora, los microbios genéticamente modificados recibien su carbono a partir de fructosa, pero se espera que con otras alteraciones sean capaces de extraerlo de las emisiones industriales de gas dióxido de carbono. De hecho, los científicos creen que la basteria R. eutropha debidamente modificada debería ser capaz de alimentarse de carbono desde casi cualquier fuente, incluso de desechos agrícolas.

El siguiente reto del equipo es incrementar los niveles de producción de isobutanol, por lo que ya estudian cómo ampliar la tecnología para su uso a escala industrial. Si tiene éxito, disminuirían la necesidad de cultivos dedicados a producir biocombustibles, que compiten por suelo y agua con cultivos destinados a la alimentación.

Y de lo que se entera uno cuando escarba un poco. Resulta que el MIT no es el primer lugar donde se experimentar con éxito en esta área de investigación. En 2009, los científicos de la UCLA cosecharon isobutanol del CO2 que consumen las bacterias Synechoccus elongatus. Una pena que la mayoría de investigaciones porcedan de EE.UU…

Fuente: MIT
Más información: Se ha publicado un artículo sobre la investigación en la revista Applied Microbiology and Biotechnology.
Foto: Flickr cc

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