El Bloodhound Supersonic Car se queda sin fondos y entra en administración concursal. Nacido en 2007, este proyecto surge con el objetivo de romper el récord mundial de velocidad terrestre. Este proyecto unicamente ha sido capaz de completar la primera fase. El vehículo supersónico ha conseguido rodar en un test en el aeropuerto de Newquay, Cornuealles, a una velocidad máxima de 320 km/h.
Todo lo relacionado con I+D tiene un costo y éste parece haber copado prácticamente la totalidad de su financiación. «A medida que salimos de la fase de I + D y entramos en la fase operativa del proyecto, reconocemos que necesitamos un enfoque diferente para la financiación», señala Mark Chapman, ingeniero jefe del proyecto.
Se necesitarían 10 meses, cerca de 6 millones de euros y una ampliación de plantilla de hasta 15 personas para poder empezar a hacer pruebas de entre 800 y 1000 km/h. Del mismo modo, se requeriría de 17 millones más para tratar de superar el actual récord de hace más de 20 años. El montaje del prototipo supondría llegar hasta los 28 millones de euros para la continuación del proyecto.
Hasta la fecha, el proyecto ha contado con una importante financiación por parte de prestigiosas empresas como Rolls Royce, Rolex, NAMMO y Catrol.
El Bloodhound Supersonic Car es un vehículo de ruedas-avión-cohete sin alas. Como motor primario, cuenta una turbina EJ-200, la misma que emplea el Eurofighter, la cual se encarga de llevarle hasta los 500km/h. A su vez, para poder conseguir el empuje necesario para alcanzar la velocidad del sonido y romper los récords, requiere de la propulsión de un cohete.
La estabilidad juega un papel importante a tanta velocidad, puesto que al sobrepasar la barrera del sonido, tanto la resistencia como la dirección se ponen a prueba. Este modelo, ha conseguido reducir su peso hasta las 6 toneladas respecto a su antecesor (1997), gracias a una estructura más sencilla y materiales más ligeros.
Si el proyecto es capaz de continuar hacia delante, se estima que el vehículo tardará cerca de 42 segundos en alzancar los 1600 km/h.
Fuente: Proyecto Bloodhound