Todo empezó a principios de los años 50, cuando la Bayerische Motoren Werke todavía sufría las repercusiones de la II Guerra Mundial. Ciertamente, en 1948 se había reanudado la producción de motocicletas, aunque los responsables de BMW pronto se dieron cuenta de que los vehículos de dos ruedas suponían únicamente el primer peldaño hacia el éxito, ya que el mayor deseo de los clientes era disponer de un vehículo que protegiese de las inclemencias del tiempo.
A principios de 1954, uno de los agentes de BMW descubrió por casualidad, mientras visitaba el Salón de Ginebra, una motocicleta “totalmente carenada” denominada Isetta fabricada por la compañia italiana Isomoto. Aquel “huevo sobre ruedas”, como se describió en un primer momento, era asombroso no sólo por su perfil exclusivo sino por sus características técnicas poco habituales.
Su frontal se abría hacia fuera, el volante y el panel de instrumentos estaban fijados a una puerta que ocupaba todo el ancho del vehículo, de manera que, el conductor y el pasajero sólo tenían que subirse a los pedales y sentarse sin realizar contorsiones. Detrás del asiento había un espacio generoso para la rueda de repuesto y, si era necesario, para el equipaje. En la parte trasera se encontraba un motor de dos tiempos y dos cilindros, con 236 cc y 9,5 CV de potencia.
Los responsables de BMW se enamoraron de este modelo y, antes de que acabase el Salón de Ginebra ya habían firmado un acuerdo con Iso. De esta manera, sólo un año después, en1955, BMW presentaba el primer motocoupé Isetta; un coche de tres ruedas que incluía nuevos detalles técnicos y visuales con respecto al modelo tradicional italiano, como una nueva carrocería con faros desmontables y, lo más importante: un motor BMW. Sin embargo, lo que sobresalía de este coche es que, básicamente, era un coche barato y fácil de producir.
Con unas medidas de 2,28 metros de largo x 1,38 metros de ancho, resultaba especialmente útil para conducir por ciudad. Además, los 245 cc del motor monocilíndrico generaban 12 CV a 5.800 rpm que ofrecía una velocidad máxima de 85 km/h y un consumo de 3,8 L/100 km.
El Isetta fue todo un éxito y en poco tiempo la demanda excedió a la oferta. Tal fue el éxito, que la compañía rápidamente se puso manos a la obra y sacó una versión mejorada; el Isetta con motor de 300 cc. Este cocheproducía ahora 13 CV a 5.200 rpm, con un par de 18,4 Nm a 4.600 revoluciones.
Sin embargo, a finales de los años 50 empezó a crecer la demanda de automóviles. La guerra había terminado y los alemanes empezaban a mejorar su economía y finanzas. Los microcoches habían dejado atrás su época de esplendor, y ahora los clientes deseaban “verdaderos” coches.
En 1957 BMW reaccionó con el lanzamiento del BMW 600, un Isetta con una batalla mayor y un motor en disposición trasera con dos cilindros opuestos horizontalmente y en 1958, el rechoncho cuatro plazas con su motor de 19,5 CV había arrebatado el puesto al Isseta como producto número uno de la compañía. A partir de ese momento, BMW empezó a producir nuevos modelos bastante alejados del concepto de vehículo del Isetta y sus ventas cayeron en picado, hasta que en 1962 la compañía cesó su producción totalmente. Se habían producido un total de 161.728 vehículos.
Fuente: BMW
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