Debemos agradecer al estudio de diseño de Bertone por una variedad de diseños excelentes que la compañía ha creado a lo largo de una larga historia. Elegir cuál es el más impresionante y hermoso que ha hecho Bertone, sería una tarea ardua difícil. Hay demasiados modelos, muchos de ellos los conocemos, y otros no tanto. Por ejemplo, ¿cuál es la historia detrás de Citroën GS Camargue?
El primer modelo conceptual presentado en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra de 1972 se realizó en un intento de crear un modelo estrella. En aquel entonces, la mayoría de los fabricantes de automóviles con tales intenciones se acercaban a los carroceros especialistas con el nombre de Bertone o Pininfarina. En el GS Camargue, Marcello Gandini se ocupó materialmente de él entre finales de 1970 y los primeros meses de 1971, presentado finalmente en 1972.
Cuando en Bertone oyeron por primera vez que Citroën quería crear un coche elegante y lujoso tipo 2+2, presentaron el proyecto casi de inmediato. Un proyecto al que los franceses no podían decir que “no” para evitar el alto coste de crear y producir un nuevo modelo, por lo que la firma del doble chevrón pidió al equipo italiano que aprovecharan el chasis del GS, así como otros componentes. El único lugar donde los especialistas de Bertone improvisaron fue en el exterior.
Aun así, su aspecto futurista fue el que generó más discusiones. Visto desde el frente recordaba a una berlina de alta gama; desde el lateral a un compacto de tipo coupé; y desde atrás al Dodge Charger estadounidense. Las líneas fluidas le conferían una mezcla de elegancia y dinamismo, mientras que la altura libre al suelo, más baja que la del GS, le otorgaba una postura más racing. Gracias a una especie de cápsula acristalada, permitía vislumbrar una visión completa del interior.
El prototipo conserva el tamaño del GS, con una longitud de 4,12 metros, pero es más ancho (1,68 m en lugar de 1,61 m) y más bajo (1,15 m en lugar de 1,35 m). Esta mayor anchura permite aislar visualmente la superestructura del habitáculo, el cual conserva el salpicadero de la serie GS prácticamente intacto, con la empuñadura del freno de mano colocada casi en vertical. Todo en un ambiente más luminoso que ofrecía una habitabilidad óptima para un par de ocupantes.
El elegante GS Camargue contaba con el motor del GS sin retocar: una unidad bóxer refrigerada por aire de 1.015 cc que rendía 55 CV y 70 Nm, enviando la energía al tren delantero gracias a una caja de cambios manual de cuatro marchas. Debido a que, inicialmente, el prototipo tenía que ser el abanderado de la marca francesa, estaba equipado con suspensión hidroneumática, los que garantizaba el más alto nivel de comodidad para quienes se podían sentar en su interior.
Para bautizar el proyecto puesto a punto por el equipo de Bertone, la inspiración llegó del propio GS y más concretamente del lugar donde fue presentado a la prensa. El lugar elegido para el evento fue la región francesa de la Camarga, célebre por sus salinas en las que corren en libertad grandes grupos de caballos blancos. Siendo un coche perfectamente funcional, se presentó en dos de los salones más importantes del Viejo Continente, el de París y, más tarde, el de Londres.
Las valientes decisiones de los diseñadores de Bertone fueron recibidas con ovaciones y aplausos en todos los salones. Sin embargo, los ejecutivos de Citroën vieron el automóvil desde una perspectiva diferente. El GS Camargue fue al museo Conservatoire de la marca, mientras que Bertone volvió a la mesa de dibujo para la firma francesa. Nació así el proyecto XB que, en 1982, sorprendió al mundo entero con le Citroën BX, el primero diseñado fuera de sus paredes.
Fuente: Citroën
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