El proceso de fabricación de un coche es desconocido para muchos. En un complejo proceso en el que intervienen tanto la mano del hombre como las máquinas, todo está relativamente automatizado, aunque sigue siendo necesaria la participación de los operarios en determinadas fases de la producción. Los pasos a seguir son de los más variados.
El punto de partida es el chasis, el germen del vehículo. A partir de ahí, y tras una pequeña excursión por el interior de la planta, el coche se va armando poco a poco. Pintado, colocación del motor, fijación del techo, montaje de puertas, inspección visual… Incluso el complejo dispone de una pequeña pista de pruebas por la que pasan todos los autómoviles una vez acabados.
En el vídeo se muestra la línea de ensamblaje de la fábrica de Volkswagen en Pamplona. Ésta se dedica en exclusiva a producir Volkswagen Polo, ya sea en sus versiones de tres o cinco puertas, incluyendo el nuevo BlueMotion, el nuevo GTI y el CrossPolo.
Puede observarse que hasta existe un contador que indica el número de Volkswagen Polo que se han completado a lo largo del día. En total tiene capacidad para producir 1.400 diarios, que equivale a más de 510.000 anuales, aunque la compañía tiene previsto que se fabriquen 320.000 en este 2010. ¿Efectos de la crisis?
Hasta ver las imágenes pensaba que la mano del hombre apenas era necesaria en una cadena de montaje de un automóvil. Ahora sé que, aunque las máquinas están presentes en prácticamente todas las etapas de producción, sigue habiendo fases en las que el trabajo lo realiza un operario. Por no hablar de la inspección final, que seguirá corriendo a cargo del hombre al menos durante varios años más. Habrá tareas que las máquinas aún tarden mucho en realizar, y por ahora, la completa automatización de la línea de producción es aún lejana. ¿O no?
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