Renault fue fundada en 1898 por Louis Renault y sus hermanos Marcel y Fernand, que habían tenido ya su primera experiencia en la empresa textil paterna. Como es habitual, la compañía que se convertiría en el mayor fabricante de automóviles de Francia tuvo unos orígenes muy humildes.
El primer coche fabricado por Renault fue el Voiturette, que se ofreció en varias evoluciones a lo largo del tiempo. La última y más desarrollada, denominada Type G, es la que ilustra este artículo.
El diseño original del Type A de Renault fue uno de los antecedentes de los coches modernos. Un vehículo con motor delantero y propulsión trasera, en una época en que el diseño de los automóviles era todavía una quimera, fue toda una revolución. Tenía otras características avanzadas, como las llantas de radios de alambre, calzadas con el neumático inflable Dunlop recién inventado… Así de innovador era el Type A, que se presentó al público en 1899. Su demanda, animada por los éxitos de los motores De Dion en competiciones de toda Europa, fue tal que hubo que reforzar la producción en la fábrica de Billancourt.
Este Renault monocilíndrico fue actualizándose cada año, hasta llegar al Type G de 1902. Lo movía un motor De Dion de un único cilindro, de 864 cc que rendía 6 CV y estaba refrigerado por agua (desde el Type C de 1900), un esquema que no tardó en ser copiado por sus coetáneos. Tenía dos radiadores de tubos de montaje lateral más grandes, ya que el Type G fue el primer modelo en ofrecer el carbón scuttle… el capó, que también copiarían otros fabricantes.
El chasis del Type G era algo más largo que el de sus predecesores. Además, los muelles semi-elípticos delanteros y traseros (elípticos hasta entonces) lograban que el Voiturette fuese bastante más cómodo que otros modelos de su época. El coche alcanzaba, además una velocidad considerable para entonces, de entre 30 y 54 km/h. Lanzado en 1902, fue ese también el año en que la empresa comenzó a fabricar sus propios motores. De hecho, uno de ellos llevó a Marcel Renault a ganar la carrera París-Viena Carrera de ese año, derrotando a los Panhard-Levassor, pero eso es otra historia.
El caso es que, desde sus inicios, la ingeniería de renault destacó por su calidad, como demuestra esta unidad. COn el número de chasis 114, fue propiedad de la Colección Mahy en Bruselas, Bélgica, durante la década de 1960, y pasó a la Vaasen Colección Gerard en Holanda alrededor de 1980. A partir de 1998 formó parte de la colección Broos en Holanda, y en 2013 pasó al propietario… que acaba de venderlo.
¿Qué valor alcanza un coche tan histórico como este? Pues fue vendido por 88.240 euros, una cantidad modesta, en nuestra opinión, viendo el buen estado del coche ya que en 2000 fue restaurado por completo, sustituyendo la madera en mal estado, pero manteniendo toda la carpintería metálica original. Tanto es así que el coche está en un estado excelente funcionamiento y puede conducirse sin problema. ¿Podremos decir lo mismo de los coches actuales dentro de más de un siglo?
Fuente: Bonhams
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