Nos trasladamos al año 1903. Un joven bristoliano llamado James Andrews propone matrimonio a la señorita Rosa Gough procedente de la bellísima ciudad balneario de Weston-Super-Mare. Para la boda, la pareja utilizó un Daimler Wagonette de 1897 que quedó inmortalizado en una idílica foto familiar. Lo que no saben James, Rosa, sus familiares y amigos que asistieron a aquella boda es que aquella foto significaría la primera y más antigua documentación registrada sobre un coche de boda.
Tras previa donación del Museo de Bristol, el Haynes International Motor Museum, situado en Somerset (Reino Unido), expone en la actualidad ese mismo Daimler Wagonette de 1897 aunque el personal del museo desconocía la historia que guardaba esta pieza del automovilismo hasta que un día se pusieron a indagar en el pasado del coche. La investigación dio como resultado esa misma fotografía en la que aparecían el Daimler Wagonette, James y Rosa posando para la foto de boda.
El personal comenzó a buscar una copia de la fotografía original e información de la pareja acudiendo a la oficina del censo y a los registros locales. La búsqueda les llevó hasta un pariente que vivía en Nueva Zelanda que, afortunadamente, guardaba una copia de la fotografía original de la boda.
Toda la información obtenida, y sobre todo gracias a la copia del momento captado por la cámara, le valió al personal para ver que el coche era igual de protagonista que los novios. Por la fechas, el museo ya intuía que el Daimler Wagonette sería uno de los primeros coches de la época por el condado de Somerset.
Gracias a la investigación, el museo logró saber que el coche perteneció a un hombre de la localidad de Burnham-on-Sea llamado G.H. Pruen antes de que acabara en manos de los novios. Las conclusiones indicaban que la fotografía representaba la primera información documentada de un coche de boda en el mundo.
Las características del clásico británico fueron todo un avance vanguardista en 1897 y en los siguientes años. El coche tiene un motor de gasolina de dos cilindros y 6,5 caballos de potencia que se reflejan en una velocidad máxima de 18 km/h. La tartana británica se desplaza gracias una transmisión que va por cadena. Cuenta también con un freno de mano y neumáticos de goma. Además, tiene unos faldones de cuero y unos frenos con material de goma para bloquear las ruedas.
En su día, el Daimler Wagonette costó unos 520 euros, el equivalente a 59.000 euros en la actualidad. En el año de la famosa foto, se fueron introduciendo las matrículas de coche que costaban 1,40 euros y el carné de conducir que se podía comprar en una oficina de correo postal por 0,35 céntimos de euro. También existían las primeras multas por exceso de velocidad y conducción temeraria lo que provocó la fijación de un límite de velocidad en 32 km/h.
Tras destapar el tesoro que guardaba el Daimler Wagonette, ahora ya bautizado como el primer coche de boda que se utilizó en el mundo gracias al registro fotográfico, el museo ofrece a los visitantes la ocasión de sacarse una foto subidos en el primer coche de boda del mundo y recrear, 112 años después, la escena de James y Rosa con la vestimenta de la época.
Todo un espectáculo donde el romanticismo que despiertan los coches clásicos y el amor verdadero de los novios se fusionan para inmortalizar el momento con todo un Daimler Wagonette del año 1897.
Fuente: Daily Mail, Haynes International Motor Museum
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