Hace poco daba la vuelta al mundo el autobús elevado que supuestamente se mueve por encima del congestionado tráfico de China a través de raíles. George Bennie empezó a diseñar allá por 1921 el primer «avión» sobre raíles de la historia. Pues en 1923 ya trabajaban en las metrópolis visionarios que querían solucionar los problemas de congestión del tráfico, y es que en Los Ángeles, por aquella época se tardaba unos 30 minutos en recorrer seis manzanas.
La escasa eficiencia de los coches hacía que cualquier trayecto se alargara más que la infancia de Heidi. El inventor Fletcher E. Felts decidió que era hora de elevar el transporte de su ciudad por los aires y diseñó un tranvía en forma de torpedo suspendido a través de raíles. Toda una utopía.
Por aquel entonces las compañías de transportes eran privadas; establecían precios muy elevados a los viajeros e introducían muy pocas mejoras en el sistema. Las compañías ferroviarias tampoco se lo ponían fácil a las instituciones para nacionalizar el ferrocarril. Por ello, cuando el uso de los automóviles se extendió durante la primera década de los 20 en Los Ángeles, este futurista invento era visto como la solución a todos los problemas de circulación de la ciudad.
Este modelo de ferrocarril suspendido con forma de torpedo fue aprobado y recomendado por el Departamento de Policía de LA. Estaba propulsado por motores eléctricos que conducían las ruedas a través de engranajes. Por desgracia la idea no llegó a materializarse, y los trenes de hoy en día no son ni por asomo tan fascinantes como este.
Una forma de separar el transporte privado del público que data de 1911. Pero la idea de Felts no fue la última. En 1954 se veían diseños de monorailes como este, evitando los atascos de Los Angeles a través de su cielo.
Visionarios que necesitamos urgentemente para aliviar nuestras congestionadas calles. Y que respiren futurismo.
Vía: Gizmodo