Según el estudio «Prioridades en España en la seguridad de los peatones: niños, adultos y mayores 2005-2010» realizado por la Fundación Mapfre, cada día, una media de 20 niños resultan heridos en un atropello. En total, 68.000 peatones han sido víctimas de atropellos en España entre 2005 y 2010, siendo los mayores de 65 años y los menores de 14, la población más afectada. Ambos colectivos subren más de la mitad del total de los atropellos que suceden principalmente en la ciudad, a plena luz del día, en horario escolar y en los meses de abril y junio.
Las causas más frecuentes son las infracciones, distracciones y velocidad inadecuada por parte de los conductores, e imprudencias cometidas por los peatones, como cruzar por lugares indebidos y poco visibles. Cada semana en nuestro país, cuatro menores sufren un atropello con consecuencias graves, mientras que cada quince días uno fallece tras ser atropellado. Esta situación ha sido calificada por Mapfre de «epidemia«, a pesar de que en el período 2005-2010 se produjo una reducción del 15% en el número de peatones fallecidos de 0 a 14 años, un 34% en los peatones adultos y un 25% entre los mayores de 65 años.
El pasado año fallecieron en España víctima de los atropellos un total de 471 peatones, uno más que en 2009. De ellos, 23 tenían menos de 15 años, 228 entre 15 y 64 años y 212 superaban los 65 años de edad. Según el estudio, Cataluña, Madrid y Valencia son las Comunidades Autónomas donde se registran un mayor número de atropellos, mientras que Navarra, Cantabria y La Rioja son las más seguras para los viandantes. Desmontando tópicos, desde Mapfre aseguran que situaciones como reparar el vehículo en el arcén, o factores como condiciones atmosféricas adversas, circulación poco fluida o una calzada en mal estado, no influyen directamente en la consecución de un atropello.
Para intentar remediar la preocupante cifra de atropellos, los responsables del estudio reclaman convertir «los entornos escolares en zonas muy seguras para los niños», así cómo la necesidad de «retirar todos los objetos de la calzada que impidan la visibilidad de peatones y conductores, mejorar la iluminación de las vías donde más atropellos se producen y seguir insistiendo en la necesidad de moderación de la velocidad, sobre todo en aquellas zonas con posibles conflictos entre vehículos y peatones».
Fuente: Maphre.