El país asiático se vio paralizado ayer viernes por una huelga general de 12 horas de duración en protesta por el aumento del precio de la gasolina. El gobierno indio ha visto en este incremento un filón para tratar de aplacar el cada vez mayor déficit público. Una maniobra que ha sembrado el descontento entre la población y que ha tenido mayor seguimiento en los estados donde los partidos de la oposición ostentan el control. El transporte por carretera se ha visto seriamente afectado. Las tiendas y colegios de Mumbai, Calcutta y Bangalore ni siquiera abrieron.

El gobierno ha confirmado que su decisión no tiene marcha atrás. ¿Podría la India abrir la veda de medidas similares en España o en Europa? No sería nada descartable, más aún teniendo en cuenta la gran recaudación que le genera al estado la carga fiscal de la gasolina. En nuestro país alrededor de la mitad del precio del litro de gasolina va a parar a las arcas estatales. Sabiendo que la gran mayoría de los desplazamientos por carretera se realizan en coche, un pequeño alza de los impuestos que gravan el combustible se transformaría directa y proporcionalmente en más dinero para el estado. ¿Le sentaría bien a la población? ¿Habría una huelga general? ¿Disminuiría el uso del coche? Son las grandes preguntas que habría que contestar sobre este espinoso asunto.