La historia de Toyota (Toyoda por aquella época) comienza en el siglo XIX, cuando Sakichi Toyoda crea la primera máquina de tejer de Japón, provocando así una auténtica revolución en la industria textil en el país nipón. Más adelante, en 1907 fundó la compañía Toyoda Automatic Loom Works , una empresa especializada en la venta de maquinaria textil, que se convirtió rápidamente en el líder del mercado y, seis años más tarde, y con la ayuda de su hijo Kiichiro Toyoda,Sakichi construye un telar automatizado, cumpliendo así el sueño de su vida.
Sakichi era además un hombre muy tenaz e inteligente y toda su vida se basó en estos dos principios básicos:
- Detener las operaciones si pasaba algo irregular.
- No fabricar nunca productos defectuosos o en mal estado.
De Toyoda a Toyota
Kiichiro, que había heredado el espíritu emprendedor y aventurero de su padre era, además, un gran apasionado del mundo del motor y la mecánica. Esto le llevaría a viajar en los años 20 por todo el mundo, especialmente Europa y Estados Unidos, donde adquirió muchos y útiles conocimientos.
Por otro lado, además de llevar muy presentes los lemas de la automatización de la empresa de su padre, Kiichiro añadió su propia metodología de aprendizaje: observar, probar, equivocarse y triunfar.
Así, Sakichi, cautivado también por la incipiente industria automotriz y, viendo el entusiasmo de su hijo y sus ganas de triunfar, en 1929 decide vender los derechos de sus patentes de los telares a la empresa británica Platt Brothers, invirtiendo esos ingresos en el desarrollo del que sería el primer vehículo Toyota.
El primer coche Toyota
Tras la muerte de su padre en 1930, Kiichiro cogió un Chevrolet del 33 para desmontarlo completamente para conocer cómo funcionaba y que piezas lo componían y, en 1936, tras presentar primero un prototipo denominado A1, desarrolla el que sería el primer Toyota de la historia: el Toyota AA: un sedán de 6 cilindros en bloque y cambio manual de tres velocidades con 3.389 cc y 62 CV de potencia.
Tres años más tarde, en 1937, con las 100.000 libras que su padre le había dado por la venta de las patentes, Kiichiro Toyoda, que ya había inventado un Tipo A con una potencia de 65 CV, funda Toyota Motor Company. En realidad, aunque el apellido de la familia es Toyoda, unos años más tarde se decidió cambiar a Toyota, ya que, en japones, Toyota está considerado más afortunado que Toyoda y en occidente suena mejor Toyota que Toyoda.
Por otro lado, otro de los grandes legados de Kiichiro, fue el conocido como sistema de producción de Toyota basado en la filosofía «just in time« (producir las cantidades justas y necesarias y siempre bajo pedidos para reducir el nivel de inventario y el número de defectos) y en la fabricación en serie, tan famosa por aquella época en Estados Unidos.
Este sistema fue clave en el desarrollo de la compañía, que desde entonces comienza a extenderse por la industria automovilística de todo el mundo.
Expansión internacional
Durante la II Guerra Mundial Toyota se vio forzada a la producción de camiones para el Ejército Imperial Japonés. Pero debido a la severa escasez en Japón de todos los materiales, los camiones militares tenían que ser fabricados lo más simple posible.
En 1948, Kiichiro Toyoda abandona la compañía que está inmersa en una grave crisis financiera, y toma el relevo entonces Taiichi Ohno, quien desarrollaría el sistema de producción pull (los componentes necesarios para la producción ya no dependen de los pedidos actuales, sino que se reponen en función de los pedidos ya servidos y facturados).
Tras la debacle industrial provocada por la guerra, Toyota, poco a poco va resurgiendo y adquiriendo cada vez más importancia como productor de vehículos en Japón, llegando incluso a convertirse en el mayor fabricante de vehículos, con más del 40% de cuota del mercado. Tal fue el éxito cosechado, que el mercado japonés se le quedaba pequeño y, por eso, Toyota decidió expandirse a otros países.
La producción de vehículos fuera de Japón empezó en 1959 en Brasil, y continuó con una creciente red de plantas industriales alrededor de todo el mundo, alcanzando reconocimiento mundial durante la década del 60, con la instalación de plantas industriales y centros de desarrollo en los Estados Unidos, Canadá y Reino Unido. El primer Toyota importado a Europa llegaría en 1963.
Poco a poco irían llegando nuevos modelos como el Supra, el Crown, el Corolla o más recientemente el Prius y, Toyota empieza a acumular una reputación y unas cifras de ventas lo suficientemente importantes como para plantar cara sus competidores europeos y americanos. En 1980, Toyota ya había producido más de 30 millones de vehículos en todo el mundo y actualmente es la quinta empresa más grande del mundo.