KTM se ha dedicado al mundo de las motos y parece que le ha picado el gusanillo de meterse en el mercado de las cuatro ruedas. Lo han hecho de la mejor manera posible, con un modelo revolucionario y como hay pocos en España. El X-Bow es un biplaza pensado para disfrutar de la velocidad. Pesa 892 kilos y está propulsado por un motor 2.0 sobrealimentado de 241 CV. Vamos que cuando pisas el acelerador más vale que estés bien agarrado. No tiene ni techo, ni puertas ni parabrisas (en su lugar hay un deflector). Por ello, la marca aconseja pilotarlo con casco aunque no es obligatorio.
Los asientos de este KTM son Recaro y van fijos. No hay regulaciones pero se puede escoger entre tres tamaños diferentes. Lo que sí se puede regular es el volante y los pedales. Los cinturones de seguridad tienen cuatro puntos de anclaje aunque de manera opcional se pueden poner de seis puntos. En este sentido también lleva un par de arcos de seguridad para proteger a los pasajeros en caso de vuelco. Delante hay una estructura deformable que absorbe la energía en caso de choque.
Las medidas del X-Bow son 3,73 m de largo, 1,90 de ancho y 1,20 de alto. el chasis es un monocasco de fibra de carbono que pesa 75 kilos. Tiene un fondo plano de tres piezas construido en aleación de aluminio y opcionalmente puede ser de carbono y kevlar. Este coche no tiene maletero y para guardar la documentación hay una caja transportable. Los triángulos y las lámparas de recambio van en un compartimento situado debajo de los pies. También se puede guardar una funda para cubrir el coche cuando se deja estacionado e incluso sujetar un par de cascos.
Eso sí, no es un coche para novatos. A ritmo rápido es exigente para el conductor porque no tendrás ayudas como ABS, control de tracción o de estabilidad. La máquina y tú. El circuito es su medio natural ya que no es un coche ni cómodo ni práctico. ¡Ni falta que hace! Se puede matricular y circular con él por la calle pero esto tiene algunos inconvenientes y no sólo que te mire absolutamente todo el mundo. Entre otros, es complicado subirse o mejor dicho, bajarse porque está muy cerca del suelo.
Su precio está a la altura de las prestaciones, no es para menos. Está a la venta desde 64.485 € en colores naranja, blanco o negro lacado. Es un modelo exclusivo y por ello, hasta te lo traen a casa por encargo. Para los más aventurados, pueden ir a por él ellos mismos hasta el lugar donde se fabrica en Austria. Y para los que prefieren los métodos de toda la vida, también puedes recogerlo en un distribuidor nacional autorizado. Existe también una versión no matriculable con la que se te van a poner los pelos de punta: el X-Bow Racing GT4. Si la versión “normal” es apabullante, esta es para los que llevan gasolina en las venas en vez de sangre. Su uso es casi exclusivo para circuito y la broma te sale por no menos de 97.672 €.
El X-Bow está a la venta desde finales de noviembre de 2008. las cien primeras unidades forman parte de una edición exclusiva denominada Dallara. El nombre no es por capricho ya que se trata del de la empresa con la que KTM ha colaborado para crear este modelo y que se dedica desde hace más de treinta años al diseño y construcción de chasis de automóviles. Se diferencian en que tienen ciertos detalles de la carrocería en carbono, un chasis de competición con una suspensión específica, diferencial autoblocante, llantas con un único punto de anclaje y volante extraíble. Como si estuvieras compitiendo en el Mundial de F1. Si te acabas de enterar de la existencia de este auténtico monstruo del asfalto, no te preocupes. Todos estos elementos puedes ponerlos de manera opcional si es que te llega el presupuesto. También tienes la opción de adquirir tu coche KTM con los paneles de la carrocería en fibra de carbono, con un kit de mejora aerodinámica o con otro que mejora la refrigeración del motor.
Los datos hablan por sí solos. Tarda 3,9 segundos en llegar a los 100 km/h saliendo de parado. Pasar de 80 a 120 km/h sólo le lleva 3 segundos. El consumo medio de este modelo es de 7,9l/100 km y alcanza una velocidad máxima de 220 km/h. Como para perdérselo.