El Porsche Cayenne, es dentro de su gama uno de los vehículos de mayor éxito en todo el mundo. Tanto es así que la fábrica alemana de Leipzig, su centro de producción, ha tenido que poner en marcha un tercer turno de trabajo para poder atender a la alta demanda existente. Al Cayenne no parece haberle afectado la crítica situación que atraviesa en nuestro país. En los tiempos de bonanza fue el vehículo emblema de toda una generación de nuevos ricos, sin embargo, con la irrupción de la crisis económica, las ventas se han desplomado.
Más allá de nuestras fronteras la situación es diametralmente opuesta, así que Volkswagen está decidida a llevarse una parte del pastel. El grupo ha anunciado para el 2016 el lanzamiento de un SUV de alta gama bajo los siglas de Lamborghini, la filial italiana de vehículos de lujo propiedad de Volkswagen, que competiría directamente con el Cayenne.
Se trata de una apuesta arriesgada, ya que supone rompar con la tradicional línea superdeportiva emblema de la casa, algo que no parece convencer a los fans. «Un SUV podría ser bueno, pero tendría que ser el más rápido del planeta y parecer extremadamente radical», asegura Andrew Romanowski, presidente del mayor club de propietarios de coches Lamborghini, localizado en Los Ángeles. Los directivos, sin embargo, se muestran convencidos del éxito del proyecto, y por el momento las cifras le dan la razón. En 2015, las ventas de los SUV de lujo crecerán un 20% en Europa, un 30% en Estados Unidos y un 50% en China, según las predicciones de la consultora IHS Automotive. Las marcas de lujo lo saben, de ahí que también maserati prepare su SUV, el Kubang.
Los expertos aseguran que el desenlace del nuevo proyecto de Lamborghini dependerá del rumbo de las conversaciones que desde hace meses mantienen el Grupo Volkswagen y Porsche para una hipotética fusión.
Vía:El Economista