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Laurin & Klement Type B 1901 – Skoda Motocicleta (2)
Luis Blázquez

Laurin & Klement Slavia Tipo B, el germen de Škoda Motorsport

Škoda, antes de fabricar coches, se inició en el mundo del transporte personal a través de bicicletas y motocicletas. De estas últimas, la segunda construida por Laurin & Klement, la “Slavia Tipo B”, tiene un papel muy especial en la historia corporativa de la compañía, pues fue la primera motocicleta –y vehículo motorizado– de la casa que participó en una carrera internacional. Y no en una cualquiera, si no en la ruta de París a Berlín, considerada una de las más exigentes y peligrosas a comienzos del siglo XX.

La primera piedra de la compañía con sede en Mladá Boleslav fue puesta a finales de 1895 por el técnico Václav Laurin y el visionario Václav Klement. Además de una amistad de por vida y de su conexión con la región, también les unía su pasión por el ciclismo. En un taller, empezaron reparando bicicletas, ampliando al poco tiempo su oferta para incluir la venta de bicicletas de diseño propio, comercializadas bajo el nombre “Slavia”. Estaban hechas con materiales de alta calidad y se caracterizaban por una atractiva relación calidad-precio.

A principios de primavera de 1899, la empresa había añadido a su amplia gama de bicicletas y triciclos un motor auxiliar de gasolina de diseño propio, y presentaron dos avanzados modelos de motocicletas L&K el 18 de noviembre de 1899 en Praga. Acogían a un motor de cuatro tiempos de un solo cilindro montado en la parte inferior del bastidor, donde estaba mejor protegido de los posibles daños. Cambiar de forma deliberada el centro de gravedad, cosa que quizá no se estudiaba tanto como ahora, mejoró el manejo de la motocicleta.

Curiosamente, en aquella época no había ni embrague ni caja de cambios: el motor estaba conectado a la rueda posterior a través de una correa de cuero. Para arrancar el motor, era necesario empujar la máquina. Después, el piloto saltaba sobre el sillín y colocaba los pies en los pedales. Cuando había que enfrentarse a pendientes pronunciadas, podía dar apoyo al motor pedaleando. El propulsor en sí, compuesto por un bloque de un cilindro de 240 cc refrigerado por aire, era capaz de entregar 1,75 CV y lanzar la moto hasta los 40 km/h de punta.

Las modernas máquinas de Mladá Boleslav pronto se convirtieron en un éxito. A finales de 1899, Klement volvió de un viaje de negocios a Alemania con pedidos para 35 de aquellas motocicletas. Más adelante, en primavera de 1900, fue capaz de negociar la entrega de 150 unidades a Gran Bretaña. La calidad superior de los modelos de Mladá Boleslav comparados con los de otros competidores internacionales está documentada por varios galardones, como los primeros premios en sus respectivas categorías en las ferias de Frankfurt (1900) y Viena y Hamburgo (1901).

La exitosa implicación del fabricante en los deportes de motor también empezó hace 120 años. La marca se estrenó en competición en la ruta de los 1.196 kilómetros París–Aachen, Aachen–Hanover, Hanover–Berlín, que se hacía en tres etapas. Además de 110 coches, que competían en distintas categorías en función de su peso (hasta 400 kg, de 400 a 650 kg, y más de 650 kg), también participaron en una categoría combinada 10 motos y vehículos de tres ruedas. Teniendo en cuenta la escasez de vehículos motorizados en ese entonces, era un logro.

Los vehículos de cuatro ruedas de la categoría principal salieron separados por intervalos de dos minutos a partir de las 03:30 horas de la madrugada del lunes 27 de junio de 1901. Las motocicletas L&K, bautizadas como “Slavia Tipo B” (aunque en algunos mercados se ofrecía bajo la marca “Republic”), fueron representadas en París con dos ejemplares. A las 06:58 h salió el piloto número 168, seguido dos minutos después por Narcis Podsedníček. Este último se unió a la compañía como uno de los primeros representantes de ventas de las bicicletas en 1897.

Con 33 años de edad, “Podseda”, como le conocían sus amigos y más allegados, empezó a trabajar en Laurin & Klement el 3 de febrero de 1900. Gracias a su dedicación y su capacidad de anticipación, escaló rápidamente en la cadena laboral hasta la posición de encargado de la producción de bicicletas y motocicletas. Su experiencia como técnico y piloto lo convirtió en el candidato ideal para la carrera de París a Berlín. Una carrera que ponía a prueba tanto la tecnología como las habilidades de los pilotos, pues la ruta incluía carreteras sin asfaltar y tramos empedrados.

La leyenda dice que él fue el ganador, pero porque llegó de noche y hubo una confusión con la documentación del tiempo de llegada. Sin embargo, algunos triciclos franceses fueron los ganadores oficiales, finalmente. Nunca sabremos qué sucedió realmente, pero lo que sigue siendo cierto es que esa carrera de motos de 1901 marcó el comienzo de múltiples victorias futuras en carreras internacionales en lo que más tarde se convertiría en Škoda Motorsport.

Fuente: Škoda

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