El coche autónomo es un tema polémico que nos atañe a todos y en el que hay división de opiniones. La mayoría de fabricantes están trabajando en ese campo y parece que en el futuro será una tecnología fiable e implantable. Para que los vehículos puedan conducirse solos hace falta una serie de cámaras, sensores y radares que estén al tanto de todo lo que pasa a su alrededor. Y estos elementos podrían ser un problema para un gremio muy concreto.
La American Astronomical Society en su reunión anual tocaron este tema. A través de un artículo en la Science Magazine quedó claro que los coches autónomos podrían afectar directamente al trabajo de los astrónomos. Algunos especialistas americanos han declarado que un solo vehículo autónomo podría interferir en la señal de un radiotelescopio. La sensibilidad de estos aparatos es tal, que incluso le afectaría un coche a 100 kilómetros de distancia.
En el mismo artículo se hace ligeras alusiones a que también podría interferir en las farolas de bajo consumo o a algunos servicios de internet. Los astrónomos parecen dispuestos a llamar la atención a las marcas acerca de la influencia que pueden tener sus coches autónomos. En 2015 ya tuvieron un encontronazo en el que la International Telecommunication Union le dio la razón a la industria del automóvil.
Al parecer esta organización le dio a los fabricantes el derecho a utilizar frecuencias que estaban cercanas a las que utilizan los astrónomos para sus radares o sistemas para evitar colisiones. Aunque les prometieron que velarían por sus observatorios (permitiendo al usuario desactivar los radares del coche cerca de radiotelescopios), parece que no han hecho nada y se quejan de la presión comercial. Veremos como queda este tema de aquí a dentro de unos años cuando el número de coches autónomos se multiplique.
Fuente – Jalopnik