Una buena noticia: el hermoso prototipo Mazda Koeru Concept se concreta en un modelo de producción, el Mazda CX-4. Una mala noticia: solamente se venderá en China (esperemos que por el momento). El SUV medio con una carrocería con aire de coupé, del estilo del BMW X4 o el próximo Mercedes GLC Coupé 2017 se lanzará solamente en el país asiático.
El Mazda CX-4 mide 4.633 mm de longitud, 1.840 mm de ancho y 1.535 mm de altura (esta dato varía ligeramente según la llanta que emplea, de 17 o 19 pulgadas). Su frontal está presidido por la parrilla trapezoidal y los faros con tecnología LED y en la vista lateral manda la caída del techo hacia la zaga, que termina un discreto alerón. En la parte de atrás llama la atención la ubicación de los faros antiniebla en el paragolpes, justo sobre las salidas de escape.
A pesar de su imagen deportiva, los 2.700 mm de distancia entre ejes garantizan un espacio bastante grande en su habitáculo, que como el exterior, sigye las pautas del diseño Kodo en sus formas. No hay muchas diferencias con otros modelos de la marca como el Mazda CX-5, con una pantalla central de 7 pulgadas flotante en el salpicadero, desde la que se manejan diversos sistemas de información y entretenimiento (puede controilarse también desde un mando giratorio) junto a la palanca de cambios, un espacio bastante liberado al contar con freno de mano eléctrico.
En el apartado de equipamiento, sabemos que en China podrá contar con elementos como el Head up Display y sistemas de seguridad integrados en i-Activensense t la tecnología de conectividad MZD Connect, control de crucero…
Serán dos motores de gasolina, con la tecnología SkyActiv-G con los que se lance en el mercado asiático. La gama arranca con el 2.0 con 158 CV de potencia y 202 Nm de par máximo. Se asocia a un sistema de tracción delantera o y se maneja mediante una caja de cambios manual o automática, ambas de seis relaciones. Homologa un consumo medio de 6,4 l/100 km con cambio manual y 6,3 l/100 con cambio automático.
Por encima se sitúa el motor 2.5 de 192 CV y 252 Nm de par. Cuenta con tracción a las cuatro ruedas (la distancia libre al suelo no es muy grande, de 194 mm en esta versión) y solamente se podrá asociar a una transmisión automática de seis velocidades. Esta versión homologa un consumo medio de 7,2 l / 100 km.
¿Tendría cabida en nuestro mercado? Pues con esa imagen imponente, creemos que no le faltarían ventas con un precio razonable. Puede que la marca de Hiroshima teste el mercado trayendo algunas unidades, como en su día hizo con el Mazda CX-9 y luego… ¿quién sabe?
Fuente: Mazda
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