El Parlamento Europeo ha decidido elevar el objetivo de reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2). Cada vez hay más conciencia en torno al medio ambiente y queda claro que hay que mejorar en este campo, pero parece que el sector del automóvil es uno de los que más van a sufrir. Si antes el objetivo era alcanzar el 30 %, ahora se tendrá que cumplir una reducción del 45 % de emisiones de CO2 para coches y furgonetas de cara a 2030.
Eso puede parecer un objetivo alejado en el tiempo, pero el medio plazo también se pone más complicado al aprobarse una reducción de emisiones de CO2 del 20 % para 2025 (antes estaba fijado en un 15 %). Esta disminución se tiene que llevar a cabo respecto a los niveles de emisiones que se registren en 2021. La Eurocámara ha apoyado el informe presentado por Miriam Dalli, una eurodiputada que representa a Malta.
De momento no se trata de una decisión definitiva, pues todavía tiene que ser ratificada en el Parlamento Europeo a principios de octubre. Sin embargo, no ha tenido una buena acogida por parte de la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA). Este organismo se ha mostrado preocupado y considera que esos niveles de reducción que han recibido 38 votos a favor son demasiado estrictos y totalmente irreales.
Para lograr reducir las emisiones de CO2 en ese porcentaje para 2030 se tendría que llevar a cabo un cambio notable en poco tiempo. La movilidad eléctrica, clave para esta reducción, avanza con buen pie pero no de forma tan rápida como para que se alcancen los valores. Los fabricantes parecen comprometidos con esta causa, pero reclaman que esta transición no se haga de forma tan apresurada. Una de las claves sería el garantizar una infraestructura fuerte para que los usuarios puedan adaptarse al cambio.
Fuente: Europa Press