La lucha contra la contaminación sigue su curso. Ahora es París, capital del amor, la que ha anunciado que se prohibirá la circulación por el centro de la ciudad francesa a coches con motor diésel anteriores a 1997 para recudir la contaminación.
Esta medida no sólo afecta a estos turismos sino que el ayuntamiento de la ciudad ha decidido reducir la contaminación paralizando el 10 % de su parque móvil dentro del área de circunvalación (Boulevard Périphérique) todos los días laborables, entre las 08:00h y las 20:00h, y sin restricciones en los fines de semana.
Aparte de los turismos, los vehículos comerciales ligeros matriculados antes del 1 de octubre de 1997 también se verán afectadas motocicletas y ciclomotores también entran en esta criba sólo que esta nueva norma afecta a los matriculados antes del 1 de junio de 1999. Los autobuses y camiones matriculados antes del 1 de octubre de 2001 también se ven afectados desde el pasado julio de 2015.
El objetivo es reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno y partículas de los modelos más antiguos, con sistemas anticontaminación menos eficaces.
Los vehículos clásicos están exentos (más de 30 años). Tampoco afecta a los coches adaptados para personas de movilidad reducida, camiones cisterna o frigoríficos, es más aquí te dejo el link con el listado de vehículos que han colgado en la web del ayuntamiento de París.
Esta medida se ha adoptado debido a que la capital francesa sufre serios problemas de contaminación, principalmente derivados del tráfico rodado. Por este motivo, Anne Hidalgo, alcaldesa de París, tiene la intención de erradicar los coches diésel en la ciudad en 2020. “Quiero el fin del diésel en París en 2020 y, si es posible, más allá del periférico”, expresaba hace dos años a Le Journal du Dimanche.
Para los ciudadanos que vean su limitada su movilidad se han ofrecido soluciones, además del transporte público claro está. Los parisinos podrán elegir entre 400 euros para adquirir una bicicleta (eléctrica o no), o un abono rebajado al 50% de Autolib y 50 euros en viajes pre pagados junto a un año de Navigo y Vélib. Estos servicios consisten en coches y bicicletas de utilización temporal desperdigados por la ciudad, y a cambio, se mandará a la chatarra el vehículo particular.
También hay ayudas para los profesionales, en caso de que se deshagan de su vehículo y adquieran uno eléctrico o movido a base de gas. Aquellos que decidan no cumplir con la prohibición serán sancionados con multas entre 35 y 450 euros.
Esta medida no ha sido aceptada por todos y ya ha habido gente que ha puesto el grito en el cielo por la pérdida de valor al no poder circular con sus coches. El caso es que el ayuntamiento va muy en serio y para el 2020 será muy difícil ver circular a uno de estos vehículos ya mencionados, los que queden circulando se van a discriminar por un sistema de pegatinas que los identificará y aclarará a los agentes de circulación cuál es el nivel de emisiones del coche, que dependerán del año y normativas Euro que cumplía cuando se matriculó.
Francia se ha ganado el título de ser el país anti-diésel por los efectos nocivos de su contaminación y eso que fue el país pro-diésel de Europa. He de decir que fuera del cinturón periférico, nada de esto aplica, por lo que la eficacia es limitada.
Vía: Periodismo del Motor