Con la llegada de los coches autónomos, una delas visiones de futuro consiste en la posibilidad de bajarse del vehículo y que este encuentre sitio por sí mismo o pueda ser reutilizado como coche compartido. Funcionando como una suerte de colmena de abejas, la capacidad de ser independientes permite que el conductor se olvide del problema de aparcar.
Sin embargo, existe otra manera de afrontar este problema mientras ese futuro utópico llega. Se trata de reconvertir nuestra idea de parking mediante la creación de un parking robótico. Tiene sus ventajas e inconvenientes, cómo no, pero es tremendamente eficaz. Este peculiar método no solo existe en California, sino que también puedes disfrutarlo en nuestro país.
El funcionamiento es mediante plataformas que cargan y mueven los coches a lo largo, alto y ancho de su infraestructura. Aparcas en una plataforma y te bajas del vehículo. A continuación, la plataforma lleva el automóvil a una plaza que esté libre, mientras tú te desentiendes. Una vez tengas que volver a conducir, las plataformas se vuelven a poner en funcionamiento para traer de vuelta el coche. Pagas el estacionamiento y te marchas.
Uno de los defectos es, por supuesto, el tiempo. No es grave cuando te vas, pero sí al recuperar el coche. La plataforma puede tardar hasta diez minutos en traértelo. Otro problema es la infraestructura. El parking robótico debe diseñarse con esto en mente, por lo que es difícil adaptar los bloques ya existentes.
Sin embargo, entre las ventajas está su coste, tanto económico como medioambiental. En el mismo espacio pueden colocar de dos a tres veces más coches que en un parking normal. Esto se debe a que pueden apretar más el espacio, ya que no hace falta que suban y bajen humanos, además de poder prescindir de todo aquello destinado a que las personas se muevan en el edificio. Tampoco hay rampas, dado que los coches suben o bajan pisos en la plataforma.
El vehículo tampoco está en marcha, por lo que el coste ecológico se reduce considerablemente respecto a otras opciones. También se reduce la cantidad de ruido creado. Finalmente, un parking convencional que alojara la misma cantidad de coches, usando los mismos materiales, sería un millón de dólares más caro.
Este parking robótico es una solución compleja, pero también muy interesante de ver, con el concepto de ahorro como parte de su esencia incluso si a primera vista no lo parece. No todos los coches serán autónomos, pero eso no significa que no puedan llegar a aparcarse solos.
Fuente: Wired