Parece que, desde que se inventó la primera rueda, los seres humanos han buscado formas de mejorar o incluso rediseñar la forma y función de este elemento atemporal, a veces rizando el rizo hasta límites insospechados. Y no hay absolutamente nada de malo en eso, como veremos a continuación. El diseño que trataremos en esta ocasión apareció en 1989: la rueda sin llanta de Franco Sbarro, o la rueda orbital.
Si se pudiese reinventar la rueda con éxito, literalmente redefinirán toda una industria. Bueno, esta idea no es nueva y, a lo largo de los años, innumerables humanos han intentado diseñar y construir una rueda mejor, más fuerte, más rápida y más eficiente. Un visionario que trató de hacer las cosas de manera diferente fue Franco Sbarro, y antes de terminar los 80, presentó lo que se considerarían las primeras ruedas sin llanta plenamente funcionales.
Bautizada como OSMOS(Original Sbarro Mottas Orbital System), esta nueva idea de rueda fue diseñada para ser la respuesta a las ruedas tradicionales con las que crecimos. Pero, ¿por qué hacer algo como esto? Bueno, parece que nunca sabremos lo que estaba detrás de la mente de Sbarro cuando emprendió esta aventura. Aún así, según innumerables publicaciones sobre la dinámica y la funcionalidad de una rueda orbital, aportaba alguna que otra ventaja.
Este diseño es único porque elimina una serie de componentes que normalmente se usan en el ensamblaje y la funcionalidad de una rueda. ¿Qué significa esto? Significa menos peso. Menos peso significa más velocidad, suponiendo que la tracción no se vea afectada. Y como parte del programa, se desarrollaron cuatro máquinas, una de las cuales incluía un coupé con un motor Jaguar V12 de 350 CV con puertas de apertura de mariposa. Los tres vehículos restantes eran motocicletas fuera de este mundo que se fabricaron a finales de los locos 80.
Pero, ¿qué se necesita para hacer una rueda sin llanta que funcione y sea segura? Bueno, para entender más sobre lo que logró Sbarro, debemos señalar que su diseño -y muchos posteriores- se basan en la dinámica de un cojinete como una rueda. Pero lo que realmente nos impresiona del diseño fue el nivel de variedad que Sbarro aportó al juego. No solo vemos las variaciones que se encuentran en el coupé, sino que cada moto parece mostrar un sistema de propulsión diferente. No contento con una idea extraña, había varios modelos a elegir.
La motocicleta gris muestra un buje trasero que gira con una cadena enorme, posiblemente la primera de la mezcla, mientras que la roja parece que eliminó el sistema de transmisión por cadena, o se escondió en los brazos que sujetan la rueda delantera. La trasera de esta versión parece usarse solo para frenar. La última de ellas fue una maqueta de alambre diseñada nada más que para mostrar la dinámica de este tipo de rueda. Sabemos que las imágenes no son las mejores, pero parece nadie volvió a prestar mucha atención después del debut.
De acuerdo con una web dedicada a Sbarro y creada por Philippe Calvet, fue en 1991 cuando el fabricante suizo vendió sus derechos del diseño a Dominique Motta, quien estaba destinado a llevar la rueda sin llanta al siguiente nivel, uno en el que podría apreciarse durante años. Pero l proyecto no logró despegar. ¿Por qué? Bueno, la rueda orbital es en sí un sistema visualmente agradable. Eso es todo. Los problemas de usarla incluirían la eficaz transferencia de potencia, una capacidad de frenado segura y el desgaste acelerado de todos los componentes.
Francamente, antes de que algo así pueda llevarse más lejos y convertirse en algo funcional, lo cierto es que necesitará pulirse un poco más. Afortunadamente, desde que Sbarro y Motta dieron a conocer este sistema, han pasado más de 30 años. Entonces, ¿es mejor la rueda sin llanta? Bueno, hemos visto múltiples intentos de personas que han querido expresar su propia idea de cómo deberían verse y funcionar estas ruedas y, finalmente, estamos comenzando a verlas, como en las bicicletas de Reevo Bikes o de Verge Motorcycles.
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