SEAT, desde la llegada de su modelo 600, siguió apostando por modelos de dimensiones reducidas, seguro de que el éxito le seguiría sonriendo. Dicho y hecho. En 1972, sale a circulación el SEAT 127. Un pequeño modelo con un espacio interior realmente interesante. Un 80% de superficie habitable.
Es cierto que es en 1971 cuando se lanza oficialmente su presentación, tanto en Lanzarote como en el Salón del Automóvil de Barcelona, pero será un año más tarde cuando el ciudadano pueda comenzar a adquirir el modelo.
El SEAT 127 llegó al mercado con el objetivo claro de reemplazar al SEAT 850, pero no sólo reemplazó a dicho modelo sino que también se convirtió en el mejor sustituto de su exitoso SEAT 600. 3,59 metros y un amplio habitáculo. Característica que lo hizo diferenciarse de los modelos de su sector. Incluso el resto de marcas se propuso igualar dicho espacio, pero la iniciativa resulto inútil. Un utilitario perfecto tanto para carretera, por su indudable comodidad como para ciudad, por unas dimensiones que facilitaban su manejabilidad.
Dante Giacosa puso su sello particular en el 127. El hecho indiscutible fue que se incorporó la tracción delantera al modelo. Y Nino Manzu quiso darle un toque diferente, un aire Coupé. Como si de un deportivo se tratase. Ambos consiguieron en las primeras versiones, un dos puertas con un maletero de una capacidad increíble, 365dm3. Éste se situaba bajo la luna trasera. Del mismo modo, era interesante observar un modelo donde el capot se envolvía en sus dos aletas, además de la desaparición de los marcos para los faros o sus parachoques libres de cualquier adorno.
¿Cuántas carrocerías tuvo el 127? Nada más y nada menos que cuatro. 2, 3, 4 y 5 puertas fueron apareciendo poco a poco y de forma ascendente. Cuatro carrocerías muy similares sin claros elementos estéticos diferenciadores. Imaginaos si eran similares que las versiones que se elaboraron de dos y tres puertas sólo tenían una diferencia visible, la luna trasera. En el primer caso nos encontrábamos con una luna trasera fija con un acceso al maletero mediante una convencional tapa abisagrada. En el segundo de los casos éste sistema era mejorado tras incorporar un portón articulado en el techo. Y quizá otro detalle es que la capacidad del vehículo fue ampliado gracias a que uno de los asientos traseros fue elaborado de forma abatible.
Como podemos ver era en el interior donde más podríamos observar las diferencias porque el diseño y la estructura era la misma. El modelo tres puestas disfrutó de la adquisición de unos nuevos reposabrazos ubicados en las plazas traseras del vehículo. Estos a su vez llegaban incluidos como parte de los laterales de la propia carrocería. Todo un arte para el ahorro de espacio. Cada milímetro calculado. Además se llegó a ofrecer una opción de extras tan significativas como las siguientes: luneta trasera térmica, alternador, asienos con tapiceria mixta en tejido y materia plástica, cinturones de seguridad, antirrobo «Clausor», y espejo retrovisor exterior. Aunque todo esto no se ofrecerá hasta 1973.
Un año más tarde le llegaría el turno a la carrocería de cuatro puertas. Es aquí cuando desde la factoría se toma la decisión de introducir una nueva gama de colores, aprovechando el nuevo lanzamiento. Asimismo también se incluyeron ciertas características interesantes como las bolsas portaobjetos rígidos en las tapicerías de las puertas delanteras, agarrador y embellecedores en las bisagras del portón negros y espejo retrovisor exterior de nuevo diseño.
Este cuatro puertas, elaborado en Barcelona fue exportado, siempre bajo el nombre de FIAT. En Italia tuvo una magnífica aceptación entre los usuarios.
Y como en todo modelo, que debe haber varios cambios importantes, en 1975 llegará el turno del SEAT 127 LS. La base seguía intacta. El resto variaba más que en esencia como nuevos volante, salpicadero y parrilla del radiador; en los modelos que contaban con portón posterior aparecía una bandeja cubriendo el maletero, y, en las que no se disponía de ello, se aumentaba sus dimensiones en la luna trasera. El LS derivaba del FIAT 127 Special italiano, pero aún así se diferenciaron notablemente, ya que el 127 español, mantuvo en pie la mecánica original de 903 centímetros cúbicos y 47 HP (DIN) a 6.200 r.p.m.
Un año más tarde se toma la decisión de realizar ciertas modificaciones tanto en la carrocería básica como en la LS. Entre los diferentes cambios destaca la evolución sufrida por los clásicos tapacubos de rueda cromados, que se convierten en unos embellecedores pintados en color negro; además, la luz de retroceso pasa s posicionarse en el centro de la parte trasera. Y claro está, como ya venía siendo habitual, con estos cambios, también llega una nueva gama de colores para satisfacer a los clientes más exigentes.
Hasta la llegada de la segunda fase de comercialización del SEAT 127, las versiones existentes fueron tanto el básico como el modelo LS. Ambos con una motorización 903, de 47 CV. A partir de aquí, la historia se tiñe de otro color. Una etapa final llena de inmejorables momentos a partir de 1977.