No aprendemos. En la última campaña de control de alcohol y drogas, que la DGT llevó a cabo entre el 8 y 14 de agosto, más de 400 conductores dieron positivo cada día. ¿Hay poca conciencia? Eso nos ha recordado la campaña de la DGT mejor recordada de la historia, el Si bebes no conduzcas, que protagonizó el cantante Stevie Wonder en 1985.
Los años 80 estaban siendo una sangría en las carreteras, con una siniestralidad máxima, que alcanzó en 1989 la cifra de 9.344 fallecidos, (la cifra consiguió reducirse hasta los 1.680 en 2013, el año con menos muertes). Los controles de alcoholemia se habían iniciado un poco antes allá por 1979, pero la conciencia de no conducir bajo los efectos del alcohol era nula.
La solución a este problema de conductores bajo los efectos del alcohol no podía venir solamente desde el control y castigo. Era necesario concienciar y el resultado fue una campaña, el Si bebes no conduzcas, que sin duda es la más recordada casi cuatro décadas de su lanzamiento. Tras ella llegaron otras, más duras, apostando en ocasiones por imágenes crudas, pero el mensaje más claro fue el que trasladó Stevie Wonder a los conductores españoles, con un eslogan directo que aún perdura.
La idea de la campaña
Stevie Wonder era uno de los artistas del momento. Este cantante ciego vendió más de 100 millones de discos en todo el mundo, además de más de 20 premios Grammy, un Oscar a la Mejor Canción. Su perenne sonrisa, sus rastas y las gafas de sol acompañaban siempre a los característicos movimientos de cabeza cuando cantaba, de un lado y a otro.
¿Cómo llegó a grabar un vídeo para la DGT? Wonder era el responsable de la banda sonora de la película La mujer de rojo, dirigida y protagonizada por Gene Wilder. La canción principal del filme era I just called to say I love you, que sonaba por doquier. Pero había un tema secundario, Don’t drive drunk (No conduzcas borracho), que Jesús Pozo, por entonces responsable de relaciones internacionales de la discográfica RCA en España vio potencial para llevar una campaña de concienciación.
La DGT cogió el guante y la discográfica contactó con el mánager del cantante. El spot se grabaría en Los Angeles, en Estados Unidos y Stevie Wonder colaboraría de manera gratuita (las estimaciones eran que costaría en torno a 300 millones de pesetas, 5,2 millones de euros a día de hoy). El cantante estaba muy comprometido con la causa: “Preferiría conducir por mi cuenta antes que viajar con alguien que ha estado bebiendo», solía decir.
La grabación con Stevie Wonder
El día de la grabación, la meteorología jugó una mala pasada. Había que cancelar la grabación, pero la causa oficial fue un supuesto dolor de espalda que había alegado Stevie Wonder. Eso pospuso el rodaje 24 horas.
Al día siguiente lucía el sol. El equipo de producción quería un Rolls-Royce descapotable, pero fue imposible, así que un Packard acabó siendo el protagonista del anuncio junto al cantante. Fueron 16 horas de grabación y la parte principal se dejó para última hora, con la mejor luz disponible. A las 9 de la noche fue cuando Stevie Wonder habló a cámara en español”Hola, soy Stevie Wonder. Recuerda mi canción: si bebes, no conduzcas”.
La jornada todavía no había terminado. Después lo entrevistó Rosa María Calaf, corresponsal de Televisión Española en Estados Unidos en aquella época y Stevie Wonder se acercaría al hotel donde estaba la delegación de la DGT para agradecer el regalo de una guitarra de doce cuerdas. Este es el resultado:
La campaña televisiva fue acompañada por un cartel publicitario en el que, además del cantante aparecía una operación matemática: un coche más una copa es igual a una ambulancia. Algo que no debemos olvidar.