Todas las marcas intentan que los millenials (también conocidos como Generación Z y son los nacidos desde principios de los 90 hasta finales de la primera década de los 2000), que deberían ser sus futuros clientes… lo sean. Los jóvenes pasan cada vez más del coche (lo advertimos desde hace años y ocurre en todo el mundo). Bien porque ya no es imprescindible para desplazarse (además están en contacto con los suyos vía Internet) y porque se trata de productos caros de adquirir y de mantener, lo que hace que cada vez los compradores de coches sean mayores: la plutocracia del automóvil, lo llamamos en su día.
Los últimos en intentarlo han sido los diseñadores de Toyota. Su apuesta es el Toyota uBOX Concept, un coche creado y fabricado a mano por alumnos del Centro Internacional de Investigación en Automoción de la Universidad Clemson (CU-ICAR), que han colaborado dos años con diseñadores e ingenieros de Toyota Motor North America en el proyecto Deep Orange, que abarca todos los aspectos del desarrollo de automóviles, desde los estudios de mercado y de diseño hasta la ingeniería y la fabricación.
Desde luego, el diseño se sale de muchos de los cánones que muchos tenemos prefijados desde el siglo XX. Los chicos pretendían crear un vehículo para un joven emprendedor, que pueda emplearlo como oficina durante la semana sin renunciar a las escapadas.
Así, bajo esa apariencia (llamémosle «curiosa») encontramos un interior muy versátil, en el que uno podrá desde trabajar a transportar cargas voluminosas. La baja altura del suelo permite montar unos asientos reconfigurables y extraíbles sobre unos raíles deslizantes, que pueden estar integrados en el piso.
Otro aspecto en el que los alumnos han incidido mucho es en la personalización. Influidos quizá por las carcasas de los móviles, proponen un habitáculos donde las rejillas de ventilación, los contornos de las pantallas del salpicadero y los acabados de las puertas se pueden personalizar. Y no se dependerá de la marca, sino que los diseños podrán realiarse con tecnología de impresión 3D y las ideas se compartirán en una comunidad online.
Interesante también el techo de cristal, curvo. En este aspecto los alumnos sorprendieron a sus maestros y mentores proponiendo para fabircarlo la técnica de la pultrusión, un tipo de proceso productivo de materiales plásticos, empleada para unir unos raíles de fibra de carbono compuesto con aluminio que soporta ese fabuloso techo curvado.
Por supuesto, la generación de compradores de coches que viene, si algo tiene claro, es que los vehículos no deben contaminar. De ahí que hayan propuesto como método de propulsión un motor 100% eléctrico, que no solamente permite moverse al coche, sino que servirá también para alimentar a toda la legión de aparatos y gadgets, mediante las diversas tomas (en el interior y exterior del coche)… Y es que los jóvenes no conciben ya sus vidas sin esa conexión permanente con su mundo.
Fuente: Toyota
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