A Uber le encanta llevar a cabo todo tipo de iniciativas. Dependiendo de qué hablemos, tienen más o menos sentido. En el lado positivo, se entienden prohibiciones como la de tener sexo en sus coches. Buscando mejorar la experiencia del usuario, existen ideas como Uber Beacon. Es en esta segunda línea en la que la empresa ha mostrado Uber Movement, un sistema para recopilar datos de cómo se mueve la gente por las ciudades.
Consiste en analizar cómo se mueven las personas por las distintas urbes del mundo. Esto permite analizar a posteriori la información y así detectar puntos de interés. Dónde deben mejorar las infraestructuras, cómo afecta el cierre de un servicio público durante un periodo de tiempo… Por ejemplo, en su página web se pueden leer casos prácticos, como el de las tendencias del tráfico en Manila durante el periodo vacacional.
Uber Movement, ¿acercando posturas?
«Nos importa conseguir que nuestras ciudades se muevan de manera eficiente. Por eso damos acceso a datos anónimos de más de 2 mil millones de viajes para ayudar a mejorar los planes urbanos de todo el mundo». Así establecen la motivación para sacar Uber Movement adelante. Un regalo para las ciudades, para ayudarlas a mejorar. Esto no significa que los datos estén restringidos a políticos y constructores, sino que aseguran que en un plazo de dos meses estarán disponibles para el mundo entero.
La iniciativa puede dar lugar a resultados tremendamente positivos. Es un buen movimiento por parte de Uber, pero es también difícil no dudar de las intenciones detrás de las buenas palabras. Lo cierto es que en los últimos meses hemos visto casos como el de las protestas de sus trabajadores en Londres o la temeridad a la hora de desplegar Uber autónomos en San Francisco.
Ambos sucesos muestran el desdén de Uber a la hora de aplicar medidas. Bajo este prisma, Uber Movement se puede identificar como una manera de acercar posturas con las ciudades y limar aspereza a la hora de sacar adelante otros proyectos, presentes y futuros. No se trata de dudar tampoco de que existan las buenas intenciones ofreciendo estos datos a las ciudades, pero es lícito no perder de vista la otra cara de la moneda. A fin de cuentas, es Uber, tanto para lo bueno como para lo malo.
Fuente: Uber