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Mars Curiosity – 1
Gonzalo Yllera

El vehículo que conquistará Marte

El “Mars Curiosity”, que así ha sido bautizado el “rover” (vehículo “explorador”) pertenece a la misión “Mars Science Laboratory”, cuyo destino será el planeta Marte. En la tarde (horario español) del pasado sábado 26 de Noviembre partió rumbo al Planeta Rojo, desde Cabo Cañaveral, en Florida, a bordo de un cohete Atlas V.

Este “vehículo” tan especial tendrá como objetivo comprobar si alguna vez pudo haber vida en Marte y para ello estudiará su clima y su geología e incluso procederá a recopilar datos para una futura exploración humana de este planeta. Se trata del “rover” más grande jamás lanzado por la NASA, superando a los modelos que actualmente aún se encuentran en la superficie de Marte: el Spirit y el Opportunity.

El viaje será largo (recorrerá más de 500 millones de kilómetros), y llegará a Marte en agosto de 2012. Una vez allí, tendrá que enfrentarse a su primer gran reto: el aterrizaje. El proceso es complejo y crítico, pues cualquier fallo supondría que se estrellase contra la superficie del planeta y echara por tierra (nunca mejor dicho) una ingente cantidad de dinero y años de estudios y preparación.

En un primer momento se valdrá de la atmósfera para disminuir su velocidad y a continuación desplegará un paracaídas para proseguir descendiendo. En contra de lo que pudiéramos esperar, no tomará tierra de esta forma, sino que utilizará un novedoso sistema que consiste en una especie de grúa aérea con ocho retrocohetes que terminará de frenarlo y de colocarlo en la posición adecuada, como si de un helicóptero se tratara. Una vez estabilizado, a más de 7 metros de altura, el “Mars Curiosity” terminará su descenso gracias a un cable que lo posará plácidamente sobre la superficie.

Y ¿aterrizará en un lugar elegido al azar? Evidentemente, no. Lo hará en el interior del denominado Cráter Gale. Los científicos de la NASA han escogido este cráter de impacto de 4,8 km de altura y 155 km anchura porque piensan que, tras formarse, se llenó con sedimentos durante miles de años y, posteriormente, la acción erosiva del viento talló una montaña en el centro, con una altura casi tres veces superior a la profundidad del Gran Cañón del Colorado. Además hay indicios para creer que pudo haber sido un lago. Debido a estas características, se estima que es el lugar ideal para que el “Mars Curiosity” explore el “pasado” del Planeta Rojo.

Pero centrémonos en el vehículo propiamente dicho, que es el objeto de este artículo. El “rover” tiene un tamaño similar al de un pequeño “todocamino” o SUV (para hacernos una idea aproximada de sus dimensiones). En concreto, mide 3 metros de largo (sin incluir el brazo articulado), 2,75 m. de ancho y 2,13 m. de alto. El peso es de 900 kg.

Este “laboratorio rodante” cuenta para facilitar su desplazamiento por tierras marcianas con seis ruedas, cada una de ellas equipada con su propio motor. Además, cuatro de ellas (las dos delanteras y traseras) disponen de motores individuales de dirección, con lo que es posible que el “rover” pueda girar 360 grados sobre sí mismo.

El sistema de suspensión es un elemento clave para garantizar en todo momento su estabilidad, sobre todo si tenemos en cuenta el terreno inestable y rocoso en el que se va a desenvolver. Actúa de tal forma que evita que el vehículo pueda, de manera repentina, sufrir bruscas oscilaciones o movimientos que pongan en peligro su “integridad”, equilibrando automáticamente el peso del conjunto entre las seis ruedas.

El vehículo “marciano” ha sido desarrollado para soportar una inclinación de hasta 45 grados, en cualquier dirección, sin volcar. Sin embargo, como medida de seguridad, el sistema de control impide que se superen los 30 grados de inclinación durante sus desplazamientos.  A su vez el diseño de la suspensión permite que el vehículo pueda circular por encima de obstáculos o agujeros que tengan unas dimensiones mayores que el diámetro de las propias ruedas (unos 50 centímetros). Ello es también debido a que éstas disponen de un “dibujo” específicamente concebido para proporcionar el agarre necesario para avanzar tanto por la arena como “escalar” por las rocas.

En cualquier caso, la velocidad que es capaz de alcanzar tampoco es estratosférica ya que, como hemos dicho anteriormente, una de sus principales premisas es la seguridad. Y pese a que nosotros sepamos, el Sr. Pere Navarro no ha instalado todavía ningún radar en suelo marciano, la velocidad máxima en terreno llano y duro puede alcanzar los ¡¡4 centímetros por segundo!! (que trasladado a parámetros “terrestres”, para los de letras, supone… 0,144 km/h).

Pero, ¿qué propulsor utiliza? Hay que tener en cuenta que se espera que el “rover” esté operativo, al menos, durante un «año marciano» esto supone 687 días terrestres, aunque es muy posible que, si todo va bien, se prolongue algún tiempo más. Para poder cumplir adecuadamente todas estas expectativas, y alimentar de manera suficiente la gran cantidad de dispositivos electrónicos necesarios para llevar a cabo su misión, los responsables de la agencia espacial norteamericana decidieron equiparlo con un pequeño dispositivo nuclear. Según la descripción oficial: “un sistema de energía de radioisótopos que genera electricidad a partir del calor de la desintegración radiactiva del plutonio”

Entre la multitud de módulos científicos que se han instalado en el “Mars Curiosity” podemos destacar los más importantes:

•    ChemCam (Quimio-Cámara): Montada en el mástil del vehículo, utiliza un láser que puede apuntar hacia una roca y evaporar una pequeña porción de ella, produciendo de este modo una nube de plasma que se podrá analizar para aprender sobre la composición química de la misma.

•    MastCam (Cámara del mástil): También situada en el mástil, tomará fotografías y vídeos de estructuras geológicas como cráteres, barrancos y dunas.

•    SAM (Sample Analysis at Mars): Ubicado en el interior del vehículo, puede detectar las más leves trazas de componentes orgánicos, e identificar una variedad más amplia de ellos, que cualquier otro instrumento enviado hasta ahora a Marte.

•    El brazo robot: Es una de las “estrellas” del “rover”, pues está equipado con el instrumental necesario para llevar a cabo las más diversas funciones. Incluye desde un cepillo destinado a retirar el polvo de la superficie de las rocas, a un taladro para perforarlas o una pala para obtener tierra del suelo. También equipa el APXS (Alpha Particle X-Ray Spectrometer), el cual medirá la abundancia de elementos químicos en el polvo, así como en el suelo, en las rocas y en las muestras procesadas. Por último dispone del MAHLI (Mars Hand Lens Imager)  que proporcionará imágenes a color y actuará como una lente magnificadora.

Mención especial merece la aportación española a este proyecto, nos referimos a una estación meteorológica, denominada REMS (Rover Environmental Monitoring Station), que ha sido desarrollada en el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), y cuyo objetivo es monitorizar las condiciones ambientales sobre la superficie de Marte.

Si, como esperamos, toda va razonablemente bien, es muy posible que durante los próximos meses (y quizás años) tengamos interesantes noticias provenientes de este particular vehículo “marciano”

Por último os dejamos tres de los muchos vídeos existentes en la red sobre esta misión. En el primero visualizaremos la visión norteamericana, a modo de superproducción, con imágenes impactantes (solo falta que aparezca por ahí Bruce Willis). El segundo es un vídeo muy interesante, realizado por el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA), donde se explican todos los aspectos de este proyecto. El tercero corresponde al lanzamiento del cohete Atlas V, el pasado sábado. ¡Que los disfrutéis!

Vía  |  NASA


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