Hay pocos vehículos más característicos para Volvo que el 1800. El pequeño coupé se estrenó en 1960, justo antes de otros modelos que marcaron época como el Jaguar E-Type o el Ferrari 250 GTO. Aunque nunca fue rival para ellos, la marca sueca siempre se ha preguntado qué habría sido si hubieran creado una buena variante de competición. Esto es precisamente lo que se está cumpliendo en la actualidad con el Volvo P1800 Cyan.
Se trata de un trabajo de Cyan Racing, la división deportiva de la marca, que se encarga de todo el apartado de la competición. El objetivo era coger un Volvo 1800 y convertirlo en un modelo competitivo con tecnologías actuales, algo así como un «restomod». Aunque al mismo tiempo quisieron mantener la esencia y preservar su diseño, su ligereza o la ausencia de ayudas a la conducción (ni control de estabilidad, ni ABS, ni servofreno).
Se empezó modificando la carrocería para poder introducir un mayor ancho de vías y neumáticos de un tamaño superior. Se tomó el cuerpo de un Volvo 1800 de 1964 y se reforzó con materiales ligeros como el acero de alta resistencia y la fibra de carbono. De esta forma, se consigue tener un peso de solamente 990 kg. Aunque lo más interesante llega en el apartado mecánico, donde no podían quedarse atrás.
En el Volvo 1800 Cyan ha conseguido adaptar un motor de cuatro cilindros turbo de 2.0 litros, el mismo que utiliza el Volvo S60 TC1 de competición. Ofrece una potencia de 420 CV y 450 Nm de par, y además se ha modificado el turbo para que su respuesta sea más similar a la que tienen las mecánicas atmosféricas (tiene la línea roja en las 7.700 rpm). Va ligado a una caja de cambios Holinger de cinco velocidades con un tacto que simular al del 1800 original.
A nivel de chasis se ha buscado un comportamiento deportivo y preciso. Para ello, el Volvo 1800 Cyan equipa suspensiones ajustables, con montantes de aluminio, doble horquilla y amortiguadores ajustables en dos direcciones. Otro aspecto que destaca son las llantas forjadas de 18 pulgadas, que van calzadas con neumáticos Pirelli P Zero. Los discos de acero de 362 mm controlados por pinzas de cuatro pistones no tienen servofreno ni ABS, por lo que las sensaciones están aseguradas.
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