Los sueños están para realizarlos, y si tienes las ganas y la posibilidad de cumplirlos, no te eches atrás. Esto es lo que tuvo que pensar a mediados del siglo pasado el piloto e ingeniero de competición austríaco Wolfgang Denzel, quien comenzó a construir sus propios coches con el objetivo de crear algo ligero y capaz, tanto en los circuitos como en las calles. Esta es la historia del WD Denzel Sport 1300.
Nacido en una familia de fundición de campanas en 1908, Denzel había construido su propia motocicleta cuando tenía tan solo 22 años, y se convirtió en campeón pilotando una BMW. Después de la guerra, como accionista de la firma de Baviera, jugó un papel importante para evitar que la compañía cayera en manos de Mercedes-Benz y, finalmente, ayudó a crear el BMW 700. Esto le dio nueva vida a la marca, lo que le permitió crear una compañía para sí mismo.
Denzel se metió en el negocio de los automóviles después de la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente instalaba carrocerías de fibra de vidrio sobre chasis Kübelwagen sobrantes de Volkswagen. Creó algunos prototipos en su tienda de Viena en 1948, llamando la atención por su rendimiento y construcción ligera. Combinaba madera y vinilo en su carrocería, y con un motor bóxer refrigerado, Wolfgang consiguió su primera victoria en el Rally Alpino de 1949.
Los motores y transmisiones también fueron directamente extraídas del Escarabajo, pero generalmente se modificaban profundamente con cigüeñales, pistones y cilindros Mahle, así como configuraciones de doble carburación, lo que le permitía extraer hasta 86 CV de una humilde unidad de 1.5 litros y cuatro cilindros. Denzel sería recordado por ofrecer mejoras mecánicas en los años 50 y 60 que aportaban algo más de empuje al escueto bloque original.
Aunque la idea en el Sport era similar a la de Porsche al reutilizar excedentes de Volkswagen, las modificaciones de Denzel estaban muy por encima de lo ofrecido por el fabricante de Stuttgart. Luego fabricó carrocerías de acero y aluminio que se adaptasen a las cotas del Beetle, y no fue hasta 1952 cuando diseñó su propio chasis a medida. A partir de entonces, los coches se vendieron bajo el nombre “WD” antes de que se adoptara la nomenclatura “Denzel” en 1957.
Volkswagen no estaba contenta con la competencia ente Denzel y Porsche, y se negó a continuar vendiéndole componentes. Como resultado, el ciclo de vida de su particular roadster fue corta: tan solo se ensamblaron 65 unidades (de las cuales se dice que quedan apenas 30). Sin embargo, la pequeña producción tampoco fue sinónimo de un precio de venta asequible. En 1954, cuando se fabricó el coche mostrado aquí, costaba el equivalente a un Jaguar XK120.
Denzel se propuso demostrar cuán especial y competitiva era su creación. Junto con su copiloto Hubert Stroinigg, ganó el Rally Coupe des Alpes de 1954 en una de sus máquinas de 1.300 cc. Solo 37 de los 87 participantes finalizaron el evento que, comenzando y terminando en Marsella, Francia, atravesó la cordillera montañosa a través de Austria, Alemania, Italia y Suiza. Incluso Sterling Moss tuvo que conformarse con el décimo lugar en un Sunbeam Alpine.
Con una construcción de primer nivel, un diseño deportivo y la clásica ingeniería teutónica presente en todo momento, el WD Denzel Sport 1300 fue, posiblemente, lo más cercano que alguien haya estado de replicar al Porsche Speedster y al 356. A pesar de que muchos propietarios más tarde instalaron los propulsores de estos últimos, el coche fue criticado (erróneamente) por sus prestaciones pobres y la empresa se retiró en 1960, con el propio Denzel concentrándose en otras líneas de negocio.
Y es que resulta que el nombre de Wolfgang Denzel continúa en casi una docena de instalaciones de compraventas y servicios de mantenimiento en toda Austria, ofreciendo modelos nuevos y usados, desde Abarth hasta Volvo, así como distintos servicios para los clientes de exóticos Ferrari o McLaren. Curiosamente, parece que algo de rencor se mantuvo con sus compatriotas nacionales, pues Porsche no se encuentra entre las 18 marcas que maneja Wolfgang Denzel Auto.
La historia de este WD Denzel Sport 1300 en particular comienza en 1954 con una reunión afortunada y no planificada entre el rico aristócrata portugués Antonio Guedes Herédia y Wolfgang Denzel. Fue entregado personalmente a Herédia, quien lo usó para competir. Tres años después, fue enviado a la fábrica de Viena para recibir una serie de actualizaciones. En 2012 fue restaurado por un especialista local y, el 21 de septiembre de 2019, fue subastado por RM Sotheby’s. Alcanzó un precio de 314.375 euros.
Fuente: RM Sotheby’s
Galería de fotos (por Tom Wood, cortesía de RM Sotheby’s):