A unos investigadores se les ha ocurrido una forma novedosa de encontrar aparcamiento gracias al teléfono móvil. Promete ser mucho más fácil que andar dando vueltas en busca de un hueco y no exige instalar costosos sensores u otros métodos para encontrar sitios disponibles.
En la Universidad del Estado de Nueva York (EEUU), han creado una aplicación llamada PocketParker, que hace lo que han bautizado como «colaboración de bolsillo», que consiste básicamente en convertir los smartphones en sensores pasivos capaces de seguir la localización y movimientos de otros usuarios que se han instalado la aplicación. Un ordenador remoto analiza las acciones agregadas de los usuarios y decide la probabilidad de que haya un espacio de aparcamiento. La semana que viene se presentará un artículo sobre PocketParker en la conferencia sobre computación ubicua UbiComp en Seattle (EEUU).
Algunos aparcamientos ya usan sensores para recoger información sobre el aforo disponible, pero PocketParker funciona sin este tipo de infraestructura. Obtiene datos sobre el aparcamiento de OpenStreetMap y calcula la cantidad de espacios en una zona de aparcamiento dada basándose en sus dimensiones. Durante un estudio llevado a cabo por los investigadores, hallaron que podían predecir la cantidad de espacios con un margen del 6% respecto al número real.
La aplicación usa el acelerómetro del teléfono para saber dónde está el usuario y valorar si está buscando aparcamiento basándose en sus movimientos. Si un usuario atraviesa un aparcamiento despacio sin pararse eso significa que el aparcamiento está lleno. Si un usuario muestra los movimientos correspondientes a ir andando y de repente acelera y sale del aparcamiento, eso significa que lo más probable es que acabe de subirse a su coche e irse. La aplicación calcula esto al fondo. «No hará falta interactuar con ella«, explica el profesor de informática de la Universidad del estado de Nueva York y coautor del artículo, Geoffrey Challen.
Para su estudio los investigadores consiguieron que 105 usuarios de smartphones de la ciudad de Buffalo (EEUU), donde está el campus, probaran la aplicación durante mes y medio, generando un total de 10.827 salidas y llegadas de coches. Comprobaron su trabajo gracias a cámaras instaladas en los aparcamientos analizados por el estudio y hallaron que podían predecir correctamente cuántos espacios había disponibles 19 de cada 20 veces. «Nuestro objetivo es evitar que la gente dé vueltas», afirma Challen.
Sin embargo el método presenta varios problemas. El más evidente es que PocketParker no tiene en cuenta a los conductores que no usan la aplicación. Otros son que un usuario podría dejar el teléfono en el coche, dejar su coche y subirse a otro, o no estar buscando donde aparcar sino recogiendo a un amigo, por ejemplo. «Hasta que no haya suficiente cantidad de gente utilizándolas, este tipo de aplicaciones no suelen funcionar demasiado bien», explica Challen. «Se quedan atrapadas en el dilema de la gallina y el huevo».
Por este motivo Challen no ve a PocketParker como una aplicación para usar por sí misma. Se podría incluir dentro de una aplicación de mapas, algo parecido a lo que hace Google cuando integra datos de tráfico en su aplicación. Challen cree que si la gente tuviera una función como PocketParker funcionando pasivamente en su teléfono, muy pronto recogería datos suficientes para hacer suposiciones mucho mejores sobre la disponibilidad de plazas. Desde luego, no tiene el potencial de las aplicaciones de subastas de plazas de aparcamiento, pero es una investigación realmente interesante.
Fuente: Universidad de Buffalo
Vía: El Confidencial