Las aplicaciones de móvil viven un momento dulce ahora mismo, cada día salen nuevas aplicaciones de todos los tipos y algunas tienen un éxito y repercusión tremendos. De todas las que se hacen, la mayoría pasan con más pena que gloria por los Google Play o Apple Store… pero algunas crean revuelos en los que hasta las autoridades tienen que mediar.
Este es el caso de las nuevas aplicaciones que subastan plazas de aparcamiento. Debido a la dificultad de aparcar en ciudad, rifan al mejor postor lugares para aprcar, aunque sean públicos, cosa que ha tocado la moral a los ayuntamientos. En estos momentos hay tres aplicaciones que realizan encargan de esta subasta de plazas de aparcamiento, cada una con sus particularidades:
MonkeyParking
El aplicación en la que el usuario, al tenerla descargada en su móvil, puede marcar como disponible una plaza de aparcamiento, y alguien que ande cerca buscando lugar para aparcar, puede pujar por esa plaza desde la aplicación. Está claro que nadie se va a hacer rico con esto si lo hace en Madrid en pleno agosto, pero ¿qué hay de un día en el que por cualquier motivo alguna zona se encuentre intratable para aparcar? Habría gente que podría estar ganando dinero subastando algo que no es suyo, y en lo que el ayuntamiento no saca ninguna tajada.
La explicación de MonkeyParking, quien mantiene un duro pulso con las autoridades de San Francisco (donde se usa principalmente), es que ellos ponen a disposición de los usuarios la venta de información, y que no tiene nada de malo que alguien sea pagado por informar a través de su plataforma algo.
ParkModo
Esta aplicación va más allá que la anterior, ya que buscan directamente a gente que por 13 dólares la hora, se dedique a ocupar plazas de aparcamiento para venderlas a través de la aplicación. Su respuesta a las autoridades sigue en la misma tónica que la de MonkeyParking, ellos venden información, no las plazas de aparcamiento.
Swetch
La tercera aplicación es la más «suave» delas tres. A través de ellos puedes conseguir una plaza pública cuando alguien anuncia que va a dejar su sitio libre. Por esa información pagas cinco dólares pero, si al dejar esa plaza la cedes a otra persona que use la aplicación, te devuelven cuatro dólares. Uno paga cinco dólares por su plaza y, si consigue cederla a alguien que use Swetch, el parking le habría salido a un dólar. Así funcionan:
Estas aplicaciones merecen un reconocimiento, al menos a quien se le ocurrió desarrollarlas, por ser capaz de ver una manera de sacar dinero de algo de lo que nunca nadie, salvo autoridades, había monetizado. También por hacerlo aprovechando el uso que se da a los smartphones.
Puede que su uso se corte de raíz, como se pretende en San Francisco, o puede que proliferen y así, además de pagar por aparcar en zonas céntricas o incluso por parkings realmente malos, haya que pagar a una aplicación, sin otra opción en el caso de que se generalice su uso.
También hay posibles lagunas: ¿Qué pasa si utilizo la aplicación para ver que hueco se queda libre y simplemente me dirijo a esperar a que se vaya, sin pagar ni un duro? ¿O si alguien ha pagado por esa plaza (o la información de que esa plaza se queda libre) y llego yo y aparco ahí antes que nadie, delante del que haya pagado? No son del todo perfectas, a pesar de estar bien pensadas para ganar dinero… y mal pensadas para hacernos pagar más dinero por aparcar en caso de que funcionaran. Veremos cómo evoluciona todo y qué hacen las autoridades al respecto.
Fuente: Genbeta