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Pruebanoticias/
Gonzalo Yllera

Prueba a fondo: Subaru XV 2.0D

Mientras me dirigía hacia la capital de España para recoger la unidad de prensa del modelo que íbamos a probar para vosotros, no paraba de escuchar la información meteorológica en la radio, con constantes alertas por heladas y nieve en un buen número de provincias del norte peninsular. Y, a pesar de lo que pudiera venirnos encima, una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro… pues el vehículo en cuestión no era otro que el Subaru XV, un crossover compacto de última hornada que ha venido a hacerse un hueco entre los de su clase.

El mal tiempo se prolongó durante la siguiente semana y lo que, en otras circunstancias, hubiese supuesto un auténtico engorro para el desarrollo de la prueba, en esta ocasión, nos vino de perlas como “banco de pruebas” para poder exprimir a fondo las cualidades de este modelo nipón en las condiciones más adversas. Esto no supuso ningún tipo de cortapisa, ya que entre un auténtico recital de agua, viento y nieve el Subaru XV sacó a relucir su sistema de tracción total permanente a las cuatro ruedas y sus neumáticos M+S, para obsequiarnos con un plus de seguridad muy de agradecer.

No es la primera vez que pasa por “nuestras manos” un modelo de estas características dado el enorme éxito comercial del que hacen gala (recordemos la prueba que realizamos del actual Ford Kuga, en su parte 1 y parte 2 ). Es un hecho perfectamente demostrado que, precisamente, es el segmento de los SUV compactos el que está sufriendo menos el descalabro de ventas generalizado, debido a la coyuntura económica actual. Son este tipo de modelos los que “tiran del carro” y en algunos casos alcanzan cifras que para sí quisieran muchos compactos. Resulta paradigmático el caso del Nissan Qashqai, un auténtico best-seller” del que se han vendido nada menos que 22.279 unidades (de Enero a Diciembre de 2012).

Y aunque este fenómeno pueda ser tildado como una “moda” más o menos pasajera, el resto de marcas no pueden dejar escapar de sus manos un trozo tan importante del pastel, de forma que se ha convertido en uno de los segmentos más activos del mercado, entre otras razones porque muchos usuarios se han decantado por ellos para realizar la función de vehículos familiares, comiéndoles terreno a las berlinas medias y a los monovolúmenes. La casi totalidad de las marcas ofertan diferentes opciones, y el Subaru XV tiene una nutrida competencia a la que hacer frente: desde el Ford Kuga (de inminente renovación), hasta el Mazda CX-5, pasando por el Mitsubishi Outlander, el Volkswagen Tiguan, el Toyota RAV4 o el anteriormente mencionado “rey de la categoría” el Nissan Qashqai.

La unidad cedida para la ocasión por el departamento de prensa de la firma japonesa fue un Subaru XV 2.0TD con acabado Executive. Un grado intermedio de la gama, situándose justo por encima (en lo que a la motorización diésel se refiere) el Executive Plus, mientras que por debajo se encuentra el acabado Sport. Y, después de esta introducción, parece llegado el momento de analizar, de forma más profunda, cada uno de los apartados del vehículo objeto de esta prueba:

Exterior

Como buen todocamino compacto que se precie muestra unas dimensiones externas contenidas, que luego deparan alguna que otra sorpresa una vez accedemos a su interior. Con una longitud total de 4,45 metros, anchura de 1,78 metros y 1,57 metros de altura, se desenvuelve a la perfección entre el tráfico rodado de nuestras ciudades, no suponiendo ningún tipo de engorro la realización de las maniobras más habituales, a lo que se suma el “plus” de su mayor altura para divisar mejor lo que ocurre unos metros por delante de los vehículos que nos preceden.

Sus líneas exteriores resultan bastante “agraciadas” según la opinión de quienes lo veían por vez primera, sin esos volúmenes rotundos con los que juegan otros fabricantes. Gracias a su aspecto de “turismo deportivo con suspensiones sobreelevadas y ruedas grandes” intimida menos que alguno de sus competidores. Las líneas resultan fluidas, con un frontal agresivo, un parabrisas bastante tendido, un techo que desciende poco a poco, culminando en un pequeño alerón que incluye la tercera luz de freno, y una trasera muy inclinada, influyendo positivamente en su menor coeficiente de resistencia al aire, a la vez que disminuyen los ruidos aerodinámicos y mejoran los consumos.

Los paragolpes han sido sobredimensionados, con una gran abertura de ventilación, limitada por los antiniebla a ambos lados, en el delantero, mientras que en el trasero sus formas más voluminosas incluyen una especie de difusor con la luz antiniebla en posición central. Los pasos de rueda (en plástico negro) también son de mayores proporciones, para otorgarle un “aire” acorde con sus posibilidades dinámicas cuando se decide abandonar la carretera.

Los faros, los espejos exteriores o los conjuntos ópticos posteriores son aditamentos bastante bien resueltos que redondean un conjunto homogéneo y que se “deja admirar” sin complejos.

Las llantas de aluminio presentan un diseño singular, no son de las más bonitas que hemos visto, pero con el paso de los días llegas a acostumbrarte, e incluso a encontrarle “su aquel”. Son de 17 pulgadas de diámetro y 7 de garganta, montando neumáticos M+S Yokohama Geolandar G95 en medida 225/55R17 97V.

Interior

Si el diseño exterior es “singular”, no podemos decir lo mismo del interior. Sin desmerecer en exceso no es, ni mucho menos, un dechado de virtudes. Además los materiales empleados, sin ser malos, no “lucen” como debieran dando una impresión más pobre de lo que en realidad son. Los ajustes son buenos, para tratarse de un vehículo japonés, pero las calidades no están en consonancia, con mucho plástico duro en acabado brillante, nada atractivo a la vista.

Está claro que no se trata de una berlina de representación con materiales nobles en su interior, ni un SUV de lujo de esos que tanto se vendieron durante la época del “boom inmobiliario”, pero para la gran mayoría esta terminación sobria, en el que prima la practicidad, será más que suficiente para el día a día. Los asientos delanteros, de tela en este acabado Executive, tienen un diseño francamente bueno, son cómodos y recogen adecuadamente el cuerpo, incluso para tallas que sobrepasan holgadamente la media y como guinda están calefactados. En la parte trasera dos pasajeros serán bienvenidos por la amplitud disponible, el tercero tendrá que lidiar con una plaza central más estrecha, con mullido más duro y con el túnel de transmisión que le impedirá viajar todo lo cómodo que debiera aunque, por ejemplo, el espacio longitudinal para las piernas es francamente notable en estas plazas.

Equipamiento

No supone ninguna dificultad encontrar la posición más adecuada al volante (que tiene regulación tanto en altura como en profundidad) gracias a las numerosas posibilidades de ajuste de los asientos. Los mandos tienen un ubicación lógica y natural, resultando fácil su localización y manejo sin distracciones, que van en detrimento de la seguridad. A pesar de que el cuadro de relojes, frente al volante, exhibe la información justa, se ha incluido también una segunda pantalla multifunción ubicada en la parte superior de la consola central donde podremos configurar y vislumbrar diversos parámetros referidos al consumo, autonomía, conducción eficiente, temperatura externa, alertas y un largo etcétera.

Un poco más abajo encontramos la pantalla táctil del sistema de navegación que al mismo tiempo incluye el control del equipo de sonido (de una calidad aceptable) y del teléfono móvil, gracias a la conectividad Bluetooth. También se pueden gestionar otros dispositivos de audio como un iPod o que dispongan de conexión tipo USB. Es en esta pantalla donde, además, se visualizan las imágenes de la cámara trasera que se activa al insertar la marcha atrás y que tan útil resulta a falta de sensores de proximidad. El único inconveniente que hemos observado es cierta dificultad para vislumbrar en ella lo mostrado en las horas centrales del día, cuando el sol incide casi verticalmente, provocando algunos molestos reflejos.

Gracias a la política comercial desarrollada por la marca en España se ofertan diferentes niveles de equipamiento, pero en pack cerrados, con la única opción de la pintura metalizada. De esta forma la versión diésel más básica, denominada Sport, ya ofrece llantas de aleación de 17 pulgadas, todo tipo de airbag (incluido el de rodilla), Control Dinámico de Estabilidad, faros antiniebla, luces diurnas o dirección asistida eléctrica, así como climatizador dual, equipo de audio con 6 altavoces (con conectividad Bluetooth y USB), ordenador multifunción, control de crucero y cámara de visión trasera, amén de un sinfín de equipamiento habitual en esta clase de modelos. Inmediatamente por encima se sitúa la versión probada, denominada Executive, que añade a todo lo anterior el navegador y los faros de xenón. Y por último encontramos la “tope de gama”, bajo el nombre Executive Plus, que a lo ya visto suma la regulación eléctrica del asiento del conductor, la tapicería de cuero, el techo solar y la Smart-key junto con el arranque por botón.

Maletero

Para el final de esta descripción hemos dejado el maletero, que según las especificaciones técnicas cubica 380 litros si se equipa el kit antipinchazos (no os aventuréis nunca en el campo con él, por lo que pudiera suceder…). Sus dimensiones son correctas, sin más, pero su problema radica en la escasa altura libre, que condiciona enormemente la colocación de la impedimenta, y que resulta notoriamente mejorable si de viajar una familia de cuatro miembros se trata.

Francamente es este un aspecto que nos ha defraudado ligeramente, más cuando por sus cualidades dinámicas (que describiremos en la siguiente entrega de esta prueba) se trata de un vehículo que “pide guerra”, ideal para realizar actividades en la naturaleza, siendo frustrante el poco espacio útil para colocar todos nuestros accesorios (normalmente voluminosos en estos casos).

Motor

Como dato curioso es justo resaltar que nos encontramos ante un propulsor muy especial. Este cuatro cilindros es “el único motor Boxer Diesel del mundo”, una tecnología que Subaru ya empleaba en sus motorizaciones de gasolina (al igual que Porsche, pero a otro nivel) y desde hace algún tiempo también está disponible en los alimentados por gasóleo.

Está colocado en posición longitudinal, con los cilindros “acostados” horizontalmente, lo que gracias a su compacidad y ligereza contribuye a rebajar de forma notable el centro de gravedad del vehículo, y repercute muy favorablemente a la hora de abordar curvas cerradas.

Con una cilindrada de 1.995 centímetros cúbicos y apoyado en la inyección directa por conducto común, un turbo de geometría variable y un intercooler, la potencia asciende hasta los 147 CV a 3.600 rpm, mientras que el par motor es de 350 Nm entre 1.600 y 2.400 rpm. Gracias a su excelente rendimiento (y en parte también a la ligereza del conjunto, con un peso de 1.435 kg), este Subaru XV se permite alcanzar una velocidad máxima de 198 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en unos excelentes 9,3 segundos. Las emisiones de CO2 son de 146 gr/km y el consumo medio de combustible (homologado) se establece en tan solo 5,6 litros cada 100 km.

Durante el tiempo que pudimos conducir este peculiar crossover (algo más de 1.000 km) en todo tipo de condiciones, practicando una conducción normal, dentro de los límites legales, y sin cortarnos a la hora de subir puertos de montaña, cargados con 4 personas y equipaje, el consumo “real” que obtuvimos fue de 6,8 l/100 km. ¿Mucho?, sinceramente creo que no, pues aunque hay notables puntos a favor de la tracción total permanente, uno de sus ligeros inconvenientes es este y, a pesar de tener que arrastrar con esa tara extra, la cifra es muy buena. Lo cual quiere decir, que en estas condiciones y con un depósito de 60 litros de combustible, la autonomía se puede llevar hasta más allá de los 800 km sin problemas. Y eso que no dispone, ni siquiera como opción (de momento sólo en las versiones de gasolina) de un sistema Stop&Start que aquilataría el consumo de forma significativa, sobre todo en el tráfico urbano.

Comportamiento

Como venimos hablando a lo largo de esta prueba, un hecho diferencial caracteriza a este crossover de Subaru: es de los pocos vehículos de este tipo que dispone de tracción total permanente mandando, en condiciones ideales, el 50% de la fuerza a cada uno de los ejes, a través de un diferencial central de tipo viscoso (LSD). Como ya conoceréis, estos diferenciales cuentan con varios discos bañados en un aceite específico que, al aumentar su temperatura por efecto del deslizamiento, incrementa su viscosidad, bloqueándolo.

En caso de que se produzca una pérdida de tracción en una rueda, este diferencial transferirá progresivamente potencia al eje que esté en mejores condiciones para transmitirla al suelo. Por tanto no se trata de un modelo de tracción delantera (de los que tanto abundan en el universo “SUV compacto”), ni siquiera de aquellos que aunque se llamen 4×4, acoplan la tracción trasera cuando se produce una pérdida de tracción en el eje anterior. Este hecho supone un importante plus en seguridad cuando las condiciones se tornan verdaderamente difíciles y facilita enormemente el poder salir airoso de zonas complicadas.

No nos engañemos, no estamos ante un 4×4 que nos permita “trialear” entre rocas, barro o nieve como si nada (entre otras cosas porque no dispone de reductora), aunque la distancia libre al suelo es mucho mayor que entre los modelos de la competencia, aproximándose mucho a un todoterreno al uso (22 cm), lo que facilita el rodar por pasos complicados o pistas más descarnadas. En el caso de que afrontemos una subida pronunciada contaremos con la ayuda del asistente de arranque en pendiente, por si hemos de detenernos en mitad de la rampa pero, en cambio, no dispone de control de descensos, con lo cual hay que estar muy seguro a la hora de “lanzarse” cuesta abajo, no sea que acabemos con el morro de nuestro vehículo (y a lo mejor el nuestro) con serias magulladuras.

Cuando regresemos al asfalto, veremos que en carreteras de montaña se mueve “como pez en el agua”, mostrando un comportamiento dinámico muy bueno gracias, en parte, a lo anteriormente comentado sobre las ventajas derivadas de la arquitectura y disposición de su propulsor, del sistema de tracción total permanente y de la ligereza del conjunto. También influyen unas suspensiones muy bien puestas a punto que “sujetan” la carrocería a la hora de abordar a fuerte ritmo este tipo de carreteras. Quizá sean algo secas a baja velocidad, en tramos urbanos, pero lo compensan sobradamente en estas circunstancias.

Si nos referimos a cómo se desenvuelve en vías rápidas y autopistas, no tendremos la menor queja, con un elevado confort de marcha a ritmos legales y la suficiente potencia bajo el capot para adelantar o subir pronunciados repechos a plena carga. El regulador de velocidad cumple correctamente su función (no dispone de limitador), evitándonos “dolorosas” recetas si no tenemos cuidado con el pie derecho, por su fácil rodar en estas circunstancias. El ruido aerodinámico pasa a un segundo plano (el diseño de la carrocería tiene mucho que ver en ello), siendo sustituido por el constante zumbido que producen los neumáticos M+S.

Y ya que mencionamos este tipo de “chicas para todo” que son las cubiertas, diremos que funcionan aceptablemente bien sobre nieve, barro y agua, pero que también influyen negativamente en las distancias de frenado sobre suelo seco, alargándolas innecesariamente. Simplemente hay que ser conscientes de ello y anticipar lo suficiente esta maniobra, porque el equipo de frenos está lo suficientemente dimensionado para aguantar el descenso de un puerto “a ritmo” sin sobresaltos.

El cambio de marchas, manual de 6 velocidades en este caso, se maneja sin problemas, siempre que seamos conscientes de que no estamos ante un deportivo y respetemos “los tiempos”, de lo contrario es posible que erremos una marcha o introduzcamos una velocidad equivocada.

Veredicto de Coches.com

Si sois de esas personas que está deseando que llegue el viernes y se acabe la jornada laboral para coger “carretera y manta” y descubrir una nueva ruta de senderismo, practicar mountain-bike o, llegada esta época, el esquí se convierte en vuestra pasión, entonces encontrareis un gran aliado en este Subaru XV. Os permitirá realizar el recorrido “de aproximación” por carretera o autopista casi al mismo ritmo que lo haríais con una berlina, pero llegado el momento podréis acceder a recónditos lugares sin preocuparos de las condiciones del terreno y así poder disfrutar de cada minuto, mientras los usuarios de otros ¿SUV? se dedican a poner cadenas o, simplemente, se quedan atrás.

El precio de esta versión Executive, con todo el equipamiento anteriormente mencionado, asciende a 29.750 euros, con la única opción de la pintura metalizada, por la que hay que sumar otros 385 euros adicionales.

Un precio final que estimamos correcto para lo que ofrece, con la característica adicional de su singularidad dentro de los todocamino compactos. Si te ha convencido este coche, puedes encontrar el mejor precio de un Subaru XV nuevo en España gracias a coches.com. Y en nuestro comparador de seguros será sencillo encontrar en tres pasos la mejor póliza para este coche.

Subaru XV 2.0D
7.4Nota
Lo mejor
  • Tracción 4x4
  • Motor bóxer diésel
  • Comportamiento dinámico
Lo peor
  • Calidad del interior
  • Capacidad del maletero
  • Equipamiento cerrado
Diseño7.5
Habitabilidad7
Acabados7.5
Maletero7
Equipamiento7
Motor7.5
Comportamiento8
Calidad Precio7.5

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