Renault Arkana E-Tech 145 CV, a prueba: ¿está el híbrido a la altura?

Creo que no hay tendencia más contradictoria que la de los SUV coupés. En los últimos años hemos ido viendo como iban desapareciendo las carrocerías de dos y tres puertas, entre muchas otras, debido a cómo se está centrando todo en los todocaminos. Sin embargo, ahora parece que están de moda esos SUV que evocan a los coupés del pasado mediante sus formas, sobre todo la caída del techo y la parte trasera. Y si hay un modelo que ha democratizado este tipo de silueta entre el gran público, ese ha sido el Renault Arkana que estamos probando esta semana.

El origen de los SUV coupés probablemente esté en aquel BMW X6 de 2008 que fue el que cuajó con esta tendencia y la mantuvo en la gama hasta el punto de que sobrevive a día de hoy y también está presente en X4 y X2. Anteriormente también la habíamos visto en otros como el Pontiac Aztek o el SsangYong Actyon, aunque de forma menos notable por su dudoso atractivo.

El caso es que ya se ha quedado y cada vez más marcas lanzan el suyo. Entre los generalistas actuales el más destacado probablemente sea el Renault Arkana que parte de 27.550 euros y que te contamos a continuación:

Exterior

La estética fue uno de los puntos fuertes del Arkana desde su lanzamiento. Es un coche que pretende entrar por el ojo y que ahora también introduce el rediseño de la marca. Eso se traduce en el logotipo “Nouvel’R” presidiendo una parrilla que también es nueva y que tiene los rombos de Renault desestructurados y con una parte cromada para conseguir un efecto realmente llamativo.

La parrilla va perfectamente integrada con los faros LED, que destacan por su firma lumínica y por ese apéndice en forma de lágrima que da vida a la luz diurna. Se eliminan los cromados que veíamos en el anterior para introducir molduras negras que aportan el contraste.

Una novedad importante que venía con el lavado de cara del modelo era la llegada del acabado Esprit Alpine. Es el nivel de equipamiento más deportivo y cuenta con un buen número de elementos específicos. Lo lleva nuestra unidad y se distingue por los detalles negro brillante en el paragolpes, por las llantas de 19 pulgadas o el alerón sobre el portón trasero, que un doble corte de forma similar al del techo. También aparece la firma de la versión en varios puntos como las aletas delanteras.

Y como decíamos, la zaga es la parte que más importancia toma en el Renault Arkana, la que le permite presumir de ser un SUV coupé. Lo hace gracias a la caída de techo que comienza prácticamente desde el pilar B y que deja una luneta trasera inclinada. En este Esprit Alpine veíamos ese alerón distintivo, pero también en el resto se mantienen los pilotos traseros LED con unas formas llamativas. Las credenciales van en negro y el paragolpes se renueva. Incluso hay unas salidas de escape falsas también oscurecidas que decepcionan un poco.

El Renault Arkana es un SUV coupé, eso ya lo hemos dicho. Corresponde al segmento C por sus dimensiones compactas, aunque está por encima de la media en cuanto a su longitud. Tiene 4.568 mm de largo, por 1.821 mm de ancho y 1.576 mm de alto. Además, la distancia entre ejes se extiende hasta los 2.720 mm, por lo que veremos a continuación un habitáculo bastante aprovechable. 

Interior

En el interior del Renault Arkana podríamos empezar hablando de una tecnología actualizada y que queda representada por el último sistema Easy Link de la marca. De serie monta pantallas de pequeño tamaño, con 7 pulgadas cada una. Sin embargo, nuestra montura con el acabado tope de gama puede presumir de la pantalla táctil principal de 9,3 pulgadas. Es la característica de Renault en formato vertical, como si fuera una tablet, y destaca por su rapidez o por la precisión al moverse entre menús. 

A pesar de ello, queda un poco por detrás de las pantallas de los modelos de la competencia, al menos por tamaño. No tanto por usabilidad, ya que su integración no es mala y los menús son muy claros. También cuenta con la ventaja adicional de tener la conectividad de Android Auto y Apple CarPlay de forma inalámbrica para tener el móvil replicado en la pantalla.

Y también estaría la otra, que es una instrumentación digital de hasta 10,2 pulgadas. Muestra la información necesaria para el día a día y también se pueden personalizar algunos aspectos mediante los mandos que integra el volante multifunción.

La calidad es buena para tratarse de un modelo generalista. Sobre todo, cuando optamos por este acabado Esprit Alpine, que destaca por sus materiales. Hablamos de una moldura que cubre el salpicadero y las puertas con un efecto pizarra y un tacto muy bueno, además de la nueva iluminación digital. Aunque también por la tapicería mixta que combina TEP con Alcántara y que tiene costuras en azul para recordar al color principal de Alpine. Ese detalle está por los cuatro costados e incluso se extiende al cinturón, algo que hace ganar enteros.

El espacio disponible disponible en el Renault Arkana podría ser peor a juzgar por esas formas que evocan a un coupé. No se nota demasiado en la segunda fila de asientos, que se queda algo justa para los que miden más de 1,80 metros, pero que está bien para el resto de usuarios como yo. Lo mismo ocurre con el espacio disponible para las piernas, algo por encima de la media gracias a las dimensiones que presentaba. Sigue la pega de la anchura, mientras que aparecen salidas del aire acondicionado y tomas USB en estas plazas.

Maletero

La capacidad de carga del Renault Arkana está más o menos en la media del segmento. Tiene 480 litros de maletero en esta variante híbrida que estamos probando, aunque podría llegar hasta los 513 litros en el caso de optar por versiones con un nivel menor de electrificación. Es una cifra que supera claramente a sus rivales directos, sobre todo cuando hablamos de versiones híbridas. Además, viene con algunas ventajas como las formas rectas de su superficie de carga o que cuente con un portón de apertura eléctrica de forma opcional.

Cuando analizamos su interior vemos que la versión híbrida pierde la posibilidad de contar con un hueco bajo el piso. Sin embargo, sorprende que mantenga una rueda de repuesto, aunque sea de emergencia. También están los habituales ganchos para fijar la carga y la posibilidad de abatir los asientos traseros para dejar una superficie prácticamente plana. En ese caso, la capacidad puede aumentar hasta los 1.296 litros en las versiones de combustión, algo menos en este híbrido.

Motor

La gama mecánica del Renault Arkana lo cierto es que venía sin cambios con la actualización. Eso se traduce en una apuesta firme por la electrificación y versiones al gusto de todos. Todavía no hay versión eléctrica y se ha abandonado la híbrida enchufable, así que una de las más interesantes es la híbrida convencional. Lleva la etiqueta ECO de la DGT al combinar el motor de cuatro cilindros y 1.6 litros con otros dos pequeños bloques eléctricos, con la caja de cambios multimodo y con la batería de 1,2 kWh. Se sitúa en una posición intermedia en la gama al tener 145 CV y 230 Nm de par.

Para quien no le convenza este híbrido, también puede optar por las opciones microhíbridas. Están cerca de lo que entendemos como un motor de combustión convencional, pues montan un sistema Mild Hybrid de 12V en el motor 1.3 TCe de cuatro cilindros. Está disponible con 140 CV de potencia con la transmisión automática EDC, de momento no está disponible con la caja de cambios manual ni esa diferenciación de potencia que tenía. Ahora los 160 CV se alcanzan solamente en la variante Esprit Alpine.

Comportamiento

Y ahora nos toca el dulce momento de ponernos al volante del Renault Arkana en su variante E-Tech con etiqueta ECO de la DGT. Hay que recordar que es el que tiene un motor de gasolina con cuatro cilindros y 1.6 litros que va ligado a dos motores eléctricos. No lo dije antes, pero el primero es un propulsor de 36 kW y utiliza la batería de 1,2 kWh para moverse en modo eléctrico cuando se den las condiciones idóneas. El segundo es el motor de arranque HSG con 18 kW y apenas sirve para iniciar la marcha, regenerar energía y apoyar al motor térmico cuando sea necesario.

Dicho esto, vemos que el nexo de unión entre todo el sistema híbrido es la novedosa transmisión automática multimodo. Desde la marca hablan de sus elevadas posibilidades al ofrecer hasta 14 combinaciones de uso alternando marchas del motor de combustión (cuatro) y del eléctrico de mayor potencia (dos).

No hay opción a cambio secuencial con levas ni nada por el estilo, el coche es el que se encarga absolutamente de todo. Es un prodigio técnico que viene heredado de la Fórmula 1 y que no tiene embrague ni sincronizadores. Lo cierto es que le pega mucho al conjunto y le permite tener un comportamiento suave y preciso.

Eso también se puede ajustar ligeramente por parte del usuario mediante los modos de conducción del sistema MySense. En este Arkana podemos elegir entre el modo Eco, MySense y Sport. No es que haya grandes diferencias entre ellos, pero se agradece esa opción de personalización. En el modo más deportivo se aprecia una respuesta más instantánea y es cuando consigue sus prestaciones máximas. No es que sean para tirar cohetes, pues la versión híbrida acelera de 0 a 100 km/h en 10,8 segundos y su velocidad máxima se queda en 172 km/h. Es ligeramente más rápido el Mild Hybrid de 140 CV, aunque éste es más eficiente.

Porque con el modo más ahorrador podemos quedarnos cerca de los consumos homologados, pues en la semana de pruebas hemos marcado medias de 5,5 litros cuando en la ficha técnica aparecen entre 4,8 y 5,1 l/100km en esta versión. Para eso es clave cómo se aprovecha la batería de 1,2 kWh, que a pesar de ser pequeña nos permite estar hasta el 80 % del tiempo en modo eléctrico en recorridos urbanos. Se puede forzar con un modo EV, pero no hay una autonomía nada extensa. También hay un modo Save para mantener la carga de la batería.

El asentarse sobre una plataforma bien probada y conocida como la CMF-B es sinónimo de tener un chasis muy equilibrado. No es para nada un coche deportivo a pesar de ese apodo de SUV coupé o de nivel equipamiento, busca más un confort elevado en marcha.

Eso lo consigue con una insonorización correcta y también con la puesta a punto de su suspensión. No tiene demasiados balanceos y la encontramos cómoda para el día a día. Otro punto que destaca es una dirección bastante precisa, con bastante asistencia, pero que apoya la agilidad del Arkana y le deja con un radio de giro de apenas 11,2 metros.

Opinión coches.com

Después de haber vendido 240.000 unidades, queda claro que había espacio para un SUV coupé de corte más generalista. Renault se llevó el gato al agua con este Arkana y ahora no ha hecho más que mejorar un producto que ya era completo. Con el acabado Esprit Alpine se gana distinción y deportividad, mientras que la apuesta por la electrificación es firme y han registrado que más de la mitad de sus ventas en Europa se corresponden con esta variante híbrida. Además, su precio no es nada descabellado teniendo en cuenta como está el mercado actualmente.

Hablamos de un precio de partida de 27.550 euros, pero eso es para las versiones Mild Hybrid. Para los que quieran optar por la tecnología E-Tech totalmente híbrida habría que aumentar el presupuesto hasta los 29.070 euros. Y ya para los que quieran optar por el híbrido con el nuevo acabado tope de gama, Esprit Alpine, el precio sube hasta los 33.839 euros; aunque parece justificado por su completa dotación.

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