En la actualidad hay muy pocos coches de hidrógeno disponibles. Uno de los más representativos es el Toyota Mirai que fue presentado en 2014 como una alternativa muy interesante. Sin embargo, en nuestro país no llegó a comercializarse debido a la poca disponibilidad de hidrogeneras y anticipando una baja demanda por parte del público. Ahora llega la segunda generación, el Toyota Mirai 2020, que sí que podría llegar a un mayor número de mercados en los próximos años debido a la fuerte apuesta que se está haciendo en el ámbito de la mecánicas alternativas.
A nivel de diseño no hay demasiadas novedades. La marca japonesa nos había mostrado hace unos meses el Mirai Concept, ese prototipo que anticipaba este ejemplar, y se han mantenido esas líneas. La estética es mucho más fluida y elegante que la de su antecesor, que apostaba por la originalidad con unas formas muy peculiares. A este respecto, destacan ese frontal con una gran parrilla, las llantas de 20 pulgadas o los pilotos unidos por el centro en la zaga.
Estamos ante una berlina grande que se asienta sobre la plataforma TNGA de la marca. Dicha arquitectura es la que hace posible la adaptación de todo tipo de motorizaciones, incluida la de pila de combustible que lleva este ejemplar. Tiene una longitud de 4.975 mm, una anchura de 1.885 mm y una altura de 1.470 mm. También destaca una gran distancia entre ejes de 2.920 mm que hace posible que tenga un interior muy habitable.
Además de un espacio generoso para sus cinco pasajeros (antes solo entraban cuatro), el Toyota Mirai cuenta con un diseño interior bastante novedoso. El puesto de conducción queda separado por esa peculiar forma de la consola central, mientras que tiene acceso a una instrumentación digital y a la pantalla táctil central de 12,3 pulgadas, desde la que se dirige todo el infoentretenimiento del vehículo.
Toyota Mirai 2020. Motor
Sigue sin haber demasiados detalles técnicos sobre esta segunda generación del Toyota Mirai. La marca apenas dice que conseguirá una autonomía de 500 kilómetros con una sola carga de hidrógeno, por lo que introduce un aumento del 30 % respecto a su predecesor. Eso se ha conseguido gracias a algunas mejoras en el sistema de pila de combustible y también a la introducción de unos depósitos de hidrógeno con una capacidad mayor, en total son tres y se combinan para conseguir unos 11 kg.
Si repiten con el esquema del anterior, tendremos un vehículo con un motor eléctrico de unos 154 CV ligado a esa pila de combustible que genera energía eléctrica gracias a una reacción química con el hidrógeno. La única emisión resultante es el vapor de agua, por lo que es un vehículo «cero emisiones». La potencia en este ejemplar pasa directamente a las ruedas traseras y promete un comportamiento más ligero y gratificante.
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