En primer lugar, cabe destacar que lo que la ley cita sobre el uso del claxon, solo debe utilizarse en caso de peligro máximo. Puede que el creador de este curioso invento no haya tenido en cuenta este aspecto, o tal vez no esté estipulado en el código de circulación de su país, ya que ha creado no uno sino tres sonidos de claxon distintos además del que ya cuenta su vehículo.
Para este ingeniero canadiense, el sonido de claxon de su vehículo era demasiado agresivo para su gusto cuando lo utilizaba solo para llamar la atención. Por ejemplo, ese conductor despistado que se queda embobado mirando el móvil en la parada del semáforo, él no quiere esperar a que se dé cuenta de que está en verde sino que prefiere llamarle la atención con un sonido amistoso sin que el otro se lo tome personal y acabe amenazándole con un hacha (ver vídeo para comprender) ¿cómo lograrlo? Decidió crear tres cláxones para cada situación.
En el vídeo se puede observar los materiales que necesitó para llevar a cabo la pequeña reforma sonora de su coche, dos bocinas, un altavoz, tres botones, un chip y muchos cabes le han servido para crear un código sonoro en su vehículo tanto para adolescentes pasando demasiado lento por el paso de cebra hasta para una señora que obstaculiza el paso en el parking del supermercado.
Desconocedores de cuánto le ha costado el invento en total, dudamos de si en verdad sea una creación para mejorar la vida en la carretera o una invención para convertir a su creador en el jefe de la misma. Si la idea se dispersa y gana seguidores, pronto saldremos a la calle escuchando una sinfonía de cláxones a gusto de cada conductor.
Fuente: Youtube
Vïa: Autoblog