No todos los días verás una limusina presidencial “corriendo” en por el circuito de Daytona, en Florida, pero hoy podría ser ese día. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abrazó el inicio de la NASCAR y a sus fanáticos el domingo pasado, cuando se convirtió en el segundo alto mandatario nacional en asistir a icónica carrera de las 500 Millas de Daytona en su 62ª edición.
Muchos en la base conservadora de Trump son fanáticos de la NASCAR y Florida es un estado clave que Trump se ganó en 2016. La campaña de reelección del presidente estaba destinada a enarbolar una pancarta cerca del circuito y publicar un anuncio de televisión durante la transmisión de la carrera. Alrededor de nueve millones de personas la vieron el año pasado… Pero aquí, afortunadamente, no hablamos de política, salvo que tenga que ver con los coches.
La limusina presidencial toma su inspiración en los modelos de Cadillac, pero no toma la base de ningún turismo existente; sino de un camión de servicio mediano de origen Chevrolet. No estamos seguros de qué tan rápido podría ser haciendo una vuelta rápida con su longitud y su peso. Y dado que no hay una ficha técnica como tal, tan solo sabemos que “The Beast”(“La Bestia”) pesa de 6.800 a 9.000 kilos, y que cuesta unos 1,5 millones de dólares (1,39 millones de euros).
La caravana presidencial salió a la pista para unirse en una vuelta de calentamiento después de haber dicho a la multitud que los pilotos y sus equipos estaban compitiendo “por la pura gloria estadounidense”. Trump también se desempeñó como Gran Mariscal, dando inicio al evento con el clásico, “Caballeros, enciendan sus motores”. Justo después, Trump se metió en su oscura limusina para dar una vuelta ceremonial por el trazado de Daytona International Speedway.
“Creo que es realmente la valentía de estas personas. Se necesita un gran coraje”, manifestó Trump cuando se le preguntó qué era lo que más disfrutaba de NASCAR. “Por 500 millas que aceleran el corazón, estos feroces competidores perseguirán la bandera a cuadro y harán lo que saben hacer por la pura gloria estadounidense. Y eso es lo que es, pura gloria estadounidense”, dijo Trump antes de la carrera. Una pena que tenga prohibido conducir mientras esté en el cargo.
Considerado la final de la Champions en el mundo de las carreras de coches en Estados Unidos, la Daytona 500 ha servido como la apertura de la temporada de NASCARdesde 1982. La carrera comprende 200 vueltas y 500 millas (804,6 kilómetros) de recorrido que contará con 40 pilotos en la pista. El ganador se lleva a casa una réplica del Trofeo Harley J. Earl y alrededor de 1,5 millones de dólares (1,39 millones de euros). No se puede decir que no haya motivación.
Como se ha mencionado al comienzo de la noticia, Trump es el segundo presidente estadounidense en rodar por el legendario trazado, detrás de George W. Bush, que asistió a las 500 Millas de Daytona en 2004, aunque otros predecesores que asistieron a otros eventos de NASCAR en el circuito incluyen a Ronald Reagan y George H. W. Bush.
Fuente: CNN