La vida de un humilde tornillo de suspensión frontal contada en menos de tres minutos hace que empaticemos con un trozo de hierro. Porque detrás de cada pieza de un coche de F1 se esconde una ingente cantidad de horas invertidas, de ingenieros, diseñadores, inspectores. Desde el lápiz y el papel hasta que forma parte de un coche de competición. Porque tiene que ser perfecto.
Red Bull Racing diseña, produce e inspecciona alrededor de un millón de piezas al año, y según el vídeo, de forma exhaustiva, cuidadosa y metódica para que se convierta en una pieza más dentro de un coche de competición cuya suspensión aguante toda la carrera.
Fuente: Red Bull Racing