En el mundo del motor, como en el del arte, parece no haber límites establecidos. Eso pudimos comprobar el año pasado cuando el Mercedes 300 SLR Uhlenhaut Coupe se convirtió en el coche más caro de la historia al venderse por 135 millones de euros. Parece poco probable que se bata ese espectacular récord a corto plazo, pero siguen apareciendo vehículos que son auténticos unicornios, con una valoración que impresiona. Es el caso del Ferrari 412P Berlinetta que saldrá próximamente a subasta.
Lo ha anunciado Bonhams para su evento The Quail Auction, que se celebra el 18 de agosto en Monterey, California (Estados Unidos). No han dado un valor aproximado para este vehículo, pero ya hay algunos expertos que afirman que podría alcanzar los 40 millones de dólares. Eso supondría entrar entre los más valiosos dentro de la marca del cavallino (y del sector en general), apenas por detrás de los cuasi-místicos 250 GTO. Ese precio tan elevado que se espera de él no extraña tanto sabiendo que es una de las cuatro unidades que se hicieron y sus comienzos en la competición.
Este ejemplar fue creado para las carreras de resistencia, tomando la base del 330 P3 de 1966. Como decíamos, solamente se hicieron cuatro unidades para clientes de la talla de NART, Scuderia Filippinetti, Ecurie Francorchamps y Maranello Concessionaires. El que se subasta es el que tiene el número de chasis 0854, que perteneció al último cliente citado, y cuya trayectoria es bastante sorprendente. Con ese acabado en Italian Racing Red, con el morro y la franja en Cambridge Blue, quedó tercero en los 1.000 km de Spa y ayudó a la firma a ganar el título de constructores en 1967.
De hecho, compitió en múltiples pruebas en sus primeros años de vida, incluyendo las 24 Horas de Le Mans. Fue comprado por David Piper, que le dio uso en los 1.000 km de París o las 9 Horas de Kyalami, llegando a ganar algunas carreras como los 200 km de Nurember, la Solituderennen de Hockenheim y el GP de Suecia en 1968. Al año siguiente fue adquirido por Chris Cord, nieto del fundador de la mítica marca estadounidense, que se lo llevó a su tierra natal y decidió darle una segunda vida fuera de la competición, como vehículo de calle.
Durante los años posteriores, el Ferrari 412P Berlinetta cambió de manos en varias ocasiones, pasando por manos de coleccionistas de la talla de Anthony Bamford, Paul Vestey, John McCaw o Bruce McCaw. Lleva en manos de su actual propietario desde 2005 y se sometió a una profunda restauración que duró nada menos que nueve años. Fue devuelto a su estado original y se rehizo su mecánica V12 atmosférico de 4.0 litros que tantas alegrías le dio a la marca en su día. Por ello podría convertirse en el coche más valioso del año, con esa estimación de entre 35 y 40 millones de dólares que esperemos que alcance.
Fuente: Bonhams
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