El aparcamiento es una maniobra que puede tener cierta complejidad. En algunos sitios ya es un dolor de muelas el hecho de encontrar una plaza donde estacionar y, depende del usuario, hay un mayor o menor nivel de pericia al realizar la maniobra. También hay que tener en cuenta la cuestión de la seguridad, sobre todo al salir abandonar el vehículo o al desaparcar en lugares donde circulan otros. Por eso se ha descubierto que aparcar en espiga podría ser la solución para evitar un buen número de accidentes.
Lo más habitual y lo que hemos escuchado miles de veces son los aparcamientos en línea o en batería, pues son los más repetidos en las ciudades. Esta modalidad que cada vez se está adoptando en más lugares hace referencia al sentido en el que se aparca. La clave de aparcar en espiga es que la maniobra ha de hacerse marcha atrás, de forma que quede el coche encarado para salir hacia delante directamente cuando quiera desaparcar. Cobra sentido en las plazas que son en batería, pero lo ideal es que sea en plazas diagonales.
Aunque para algunos conductores sea más complicado aparcar marcha atrás, a la larga es muy beneficioso. Está probado que la maniobra es más versátil debido a que el eje delantero es el que guía y también queda ese importante motivo de la salida hacia el sentido de la marcha. Se eliminan por completo los ángulos muertos, porque aunque ahora haya alertas del tráfico cruzado y otras tecnologías, es más sencillo si vemos lo que nos viene. También se reduce mucho el riesgo de atropello a ciclistas y peatones, esos usuarios más sensibles con los que se comparte vía.
Aparcar en espiga ya está señalizado en algunos sitios e incluso se anima a realizar la maniobra. Las nuevas plazas suelen tener una diagonal de 60 grados para facilitar el aparcamiento y la visibilidad. Es recomendado en vías de sentido único y zonas con tráfico ciclista elevado. Ciudades como Madrid, Granada, Bilbao o Alicante ya tienen habilitados aparcamientos en espiga en algunas de sus calles.
Cómo se aparca en espiga
- Detectar la plaza y señalizar la maniobra
- Dejar un margen de espacio respecto a los coches estacionados
- Tomar referencias para retroceder en línea recta hasta la línea en diagonal o el faro del coche estacionado
- Realizar el giro para ajustar el coche a la plaza controlando los espejos retrovisores
- Enderezar el volante y seguir marcha atrás hasta que el coche quede en la posición ideal.
Ventajas del aparcamiento en espiga
- Mejora la seguridad al evitar ángulos muertos
- Con ángulo de 60º ahorra espacio y caben más plazas
- Se facilita la carga y la descarga
- El coche ocupa menos espacio de la acera
- Favorecer a la movilidad ciclista y a los peatones
Desventajas del aparcamiento en espiga
- No es adaptable a todo tipo de vías
- Puede provocar más atasco durante las maniobras
- Es más complicado detectar plazas libres
- Dirige más humo de escape a las aceras