Los desplazamientos por carretera se incrementan exponencialmente durante el verano y el número de pequeños accidentes y alcances aumenta… así como las averías en el coche. Cuando uno sufre uno de estos problemas es imprescindible saber cómo actuar. Parece claro que, cuando en esos momentos debes dejar tu vehículo en el arcén hay que ponerse el chaleco antireflectante (es de las cosas que hay que llevar en el coche) y salir a colocar los triángulos de preseñalización de peligro… pero parece que no todo el mundo realiza bien esta operación.
Una vez que el coche está parado (procurando dejarlo, si es posible, en una zona de buena visibilidad), lo primero es encender las luces de emergencia. Al salir del vehículo para colocar los triángulos debes ser consciente del tipo de vía en el que estás circulando.
El triángulo se coloca perpendicularmente a la dirección de la calzada. Parece obvio, pero si se coloca ligeramente ladeado, el resto de usuarios de la vía puede que no lo vea correctamente… sobre todo de noche, ya que no refletaría las luces de los faros. En esa posición es como resulta más efectivo.
Cuando el accidente o avería sucede en calzadas de doble sentido, de 2 o 3 carrilles, hay que colocar los dos triángulos, uno por delante y otro por detrás, con la finalidad de advertir a los coches que vienen en nuestro sentido y en el sentido contrario. Hay que situar cada uno a 50 metros del vehículo y deben de ser visibles a una distancia de al menos 100 metros.
En calzadas con más de dos carriles por cada sentido o sentido único no es necesario colocar un triángulo por delante del vehículo. Tan sólo debes colocar un triángulo a 50 metros por detrás del coche. Como en el anterior, también deberá ser visible desde 100 metros de distancia.
Puede parecer que hay que caminar demasiado (dos triángulos a 100 metros del coche supone recorrer 400 metros para colocarlos… y otros tantos para recogerlos). Pero la DGT no ha elegido estas distancias por capricho. Un vehículo que circula a 120 km/h, entre el tiempo que necesita en percatarse del peligro, la reacción y la frenada pasan al menos 113 metros. Por eso es tan importante colocarlos bien y avisar eficazmente al resto de conductores para evitar sustos.
Vía: Curvas Rectas