Hemos hablado ya en alguna ocasión de cómo limpiar el interior del coche. Desde la tapicería al techo, pasando por los cristales. Pero el desarrollo del coronavirus y el temor a contagio hace necesario tomar un extra de precauciones. Y es que los coches pueden ser un foco de contagio. Obviamente menor que otros donde haya un mayor número de personas empleándolo, caso del transporte público, pero existe.
Los epidemiólogos chinos, país donde se originó esta enfermedad y donde la investigación, por ese motivo, está más avanzada, ofrecen datos de esta familia de virus que pueden indicarnos las medidas a tomar:
- Sobrevive en el aire unos 30 minutos y difundirse hasta 4,5 metros.
- Permanece activo sobre el acero dos días, cuatro sobre la madera y el vidrio, cinco sobre el metal, plástico y cerámica.
- Aguanta entre dos y ocho horas sobre el aluminio, pero menos de ocho horas en el látex.
Se trata de cifras medias. La permanencia del virus en los objetos varía en función de la temperatura o la humedad, además del tipo de superficie.
Como puedes ver, al final el virus, si no alcanza una célula para reproducirse, acaba por desaparecer. Por ello, si cumples con el estado de alarma y te quedas en casa, sin utilizar el coche durante 15 días, no sería necesario tomar ningún tipo de precaución, según la información que nos ofrecen los científicos. Otro cantar es si tienes que usar el coche –para acudir a tu puesto de trabajo, por una emergencia–, y que sospeches que has podido llevar a alguien con coronavirus.
Por más que hayas cumplido con los protocolos de sanidad (limpiarse las manos, utilizar geles desinfectantes, dejar una distancia de seguridad con otras personas) es probable que algún microorganismo como el coronavirus permancezca. Un simple estornudo o tocar con a mano infectada una superficie puede propagar la enfermedad.
Para evitar que los virus no permanezcan, en los centros de limpieza ofrecen, además del lavado integral, una higienización del habitáculo, que incluye el el sistema de aire acondicionado y la superficie del evaporador.
El tratamiento más efectivo para el interior de un vehículo que elimine bacterias y agentes patógenos, que no virus, es el ozono. Se utiliza en el habitáculo –vacío– una máquina que libera ozono que purifica la cabina. El proceso dura entre 20 y 50 minutos, a un precio no desmesurado (parte de los 20 euros). Tras hacer su función se transforma de nuevo en oxígeno, que destruye la membrana celular de los microorganismos.
Eso sí, has de tener en cuenta que el ozono no es un virucida, como los que se usan para desinfectar el material quirúrgico o como los usados en las flotas de autobuses y trenes públicos para frenar la expansión del coronavirus. Por su composión (tres átomos de oxígeno), la molécula resultante capta electrones de cualquier compuesto que se le aproxime para recuperar su estabilidad
Se trata de un oxidante implacable, de ahí susextraordinarias propiedades biocidas, desodorantes y de destrucción de compuestos químicos. Lo hace capatando electrones de otras moléculas, oxidándolas y desestabilizándolas hasta el punto de destruirlas si la concentración de ozono y tiempo de contacto es suficiente.
Los virus son agentes infecciosos con un solo ácido nucleico (ADN o ARN), rodeado por una cubierta formada por una o varias proteínas, capaces de transmitir su genoma de una célula a otra. El ozono destruye con facilidad estas moléculas a dosis más bajas que las necesarias para destruir las bacterias.
Eso sí, además de esto, es recomendable limpiar cada vez que se coja el coche los elementos con los que tenemos más contacto, sobre todo si el vehículo es utilizado por más de una persona. Presta atención al volante, pomo de la palanca de cambios o tiradores. No olvides limpiar a conciencia también las rejillas de ventilación. Puede servir para ello una toallita multiusos desinfectante.
Vía: Norauto, Cosemar