Uno de los errores más temidos de todo conductor. Una metedura de pata apocalíptica. Peor que un cocido sin chorizo. Y es que eches gasolina a tu coche diésel, o que eches diésel en tu coche gasolina. Si nunca te ha ocurrido, enhorabuena, porque según RACE, le pasa a 50.000 personas al año, que suelen llenar su modelo diésel con gasolina más frecuentemente. Cuando ya es demasiado tarde y hemos repostado, a parte de un estado de parálisis inicial en el que ves tu cuenta corriente pasar por delante de tus ojos, te preguntas, ¿y ahora qué hago?
Lo primero de todo es no encender el motor ni tratar de desplazarte con el coche, ya que el combustible erróneo se distribuirá por toda la mecánica, dañando filtros, bombas, catalizadores, inyectores, etc. Así que respira y llama a tu aseguradora, para que puedan extraer de manera segura el combustible (no intentes meter un tubo y hacerlo como en las películas).
Si no tienes esa opción, detén el coche de manera segura en cuanto empiece a comportarse de forma anómala y llama a una grúa. En el taller vaciarán el depósito y limpiarán todas las partes afectadas, y le darán un repaso a esa cuenta corriente que veías pasar cuando cometiste el temido error.
Si has ignorado el hecho de que las mangueras de diésel son más anchas que las de gasolina (no suelen entran en la boca de un depósito erróneo) y aún así la has encajado, y aún así has circulado con el coche, no es el final. Todo depende de la cantidad repostada y la que se ha mezclado en el depósito, ya que no es lo mismo llenar un diésel que estaba en reserva con gasolina, que repostar 15 litros de gasolina sobre 30 de diésel.
Para comprobar qué pasa exactamente cuando repostamos erróneamente, los chicos de Fifht Gear, que afirman que los hombres cometen este error el doble que las mujeres, hicieron el experimento con dos coches viejos, uno gasolina y otro diésel. Introdujeron 5 litros en cada uno y arrancaron. Las consecuencias para uno y otro fueron distintas, probando que en uno de los modelos, tras purgar el depósito y llenarlo con el combustible adecuado, el coche volvía a funcionar correctamente a la primera ¿Adivináis cuál?
Si habéis visto el vídeo, quizá se haya restablecido la esperanza en conservar vuestro coche tras la confusión, más aún si tenéis un gasolina. Esperamos que después de leer esto no os toméis la rutina de repostar como algo mecánico, y prestéis atención del modelo que estáis conduciendo. Y si no, recuerda que todo el mundo comete errores.
Fuentes: Ecomotor, RACE
Imagen destacada: cc Flickr Philips