En el mundo del motor se suelen utilizar términos llamativos y simples para referirnos a algunos aspectos más complejos. Es probable que hayas escuchado hablar del efecto elefante en los últimos tiempos, pues incluso la DGT ha puesto en alerta esta situación que se puede dar en caso de accidente. Igual que ya tratamos el efecto submarino, vamos a repasar lo que es, sus peligros y las formas de evitar esta consecuencia que se puede dar en caso de accidente.
Qué es el efecto elefante
El efecto elefante hace referencia a un accidente o frenada brusca en el que el pasajero del asiento trasero no lleva el cinturón de seguridad puesto y sale despedido impactando contra el asiento delantero. Aunque está claro que el uso del cinturón ha salvado millones de vidas, todavía hay usuarios que siguen sin ponérselo, sobre todo cuando viajan en las plazas traseras. Esa conducta es muy peligrosa para su propia salud, pero también para la del resto de usuarios.
Que el efecto elefante reciba ese nombre se debe a que a una velocidad de 60 km/h, un usuario de 75 kg de peso impactaría con una fuerza de 4,2 toneladas sobre el asiento delantero en caso de deceleración brusca. Ese es aproximadamente el peso de un elefante adulto y por eso se utiliza como alegoría para alertar sobre este peligro. El origen de la expresión proviene de una campaña de publicidad francesa que advertía sobre «no viajar con un elefante en el asiento trasero».
También hay que tener en cuenta que un niño con su sistema de retención sin anclar saldría despedido con una fuerza superior a las 2 toneladas en caso de accidente. No podemos olvidar que esta situación también se podría dar cuando se viaja con una mascota de forma incorrecta. Los animales también tienen que ir con sus propios sistemas de retención, pues es ilegal no hacerlo y supone un riesgo adicional en caso de accidente.
Cómo evitar el efecto elefante
Fácil, ponerse el cinturón de seguridad en todas las plazas. También comprobar doblemente que la sillita infantil está correctamente anclada en los Isofix para que no haya que lamentar consecuencias. No es solamente por los 200 euros de multa y la pérdida de tres puntos en el carnet de conducir. Es porque la falta de uso está presente en torno al 20 % de las víctimas mortales en accidentes de tráfico y se calcula que el 50 % de ellas podrían haberse evitado con ese simple gesto que es abrocharse el cinturón.
Este efecto elefante no solo es aplicable a las personas y mascotas de las plazas traseras que se precipitarían sobre los asientos delanteros. También se puede aplicar a objetos sueltos en el habitáculo, que pueden multiplicar su fuerza por 40 en caso de impacto a 50 km/h y que aumenta según se vaya más rápido. Un portátil, que pesa un par de kg, podría ejercer una fuerza de 275 kg en caso de un choque a 90 km/h, mientras que un bolso lleno podría sobrepasar los 500 kg. Las consecuencias podrían ser nefastas en caso de alcanzar a alguno de los pasajeros.