Si la semana pasada te explicábamos qué es el embrague, ahora llega el momento de detectar fallos en él. Porque quién más o quien menos sabe que ese pedal situado a la izquierda ayuda en el cambio de marchas (permite, al pisarlo, separer el giro del motor del coche de la transmisión a las ruedas, logrando que engranar una marcha no sea una tortura).
Pero, como todo en esta vida, el embrague tiene una vida útil. Es vital saber cuándo el embrague está gastado para cambiarlo. Este conjunto de elementos mecánicos se va desgastando (es de un material similar a las pastillas de freno) con el uso del coche. Según conduzcas más o menos en ciudad (con cambios de marcha más frecuentes) o realices viajes largos su vida se acorta o alarga. También influye muchísimo el uso del mismo. En este sentido te recomendamos leer nuestros consejos para alargar la vida del embrague. Hay que evitar ciertos vicios que aceleran el deterioro del embrague.
Porque, si bien es una avería nada barata, no hacer el cambio a tiempo puede provocar un fallo más costoso que afecte al motor o a la caja de cambios, ya que el embrague se sitía entre ambos. El cambio del embrague, tras cientos de miles de kilómetros recorridos puede considerarse incluso parte del mantenimiento del coche, más que una avería.
Cómo detectar un embrague gastado
Para comprobar si el embrague del coche está gastado hay que prestar atención para descubrir anomalías en su funcionamiento:
Embrague patina
Si un embrague está muy gastado, es cuando comienza a patinar. Esto significa que no agarra lo suficiente y resbala sobre el volante motor. Ojo, nos referimos a cuando uno pisa el pedal del embrague a fondo. Si lo haces a medias (incluso solamente reposando el pie en el pedal) eres tú el que provoca ese patinamiento… además de estar acortando mucho la vida útil del embrague.
¿Pero cómo saber si a tu coche le patina el embrague? Los primeros síntomas suelen aparecer en las marchas largas (4ª o 5ª), donde la fuerza del motor se transmite de manera más directa. Al acelerar a fondo notarás como las revoluciones suben, pero al estar el embrague desgastado, patina y verás que las vueltas bajan hasta que acopla, apreciando un pequeño tirón. Este síntoma crece en función de cuán mayor sea el grado de desgaste, repercutiendo en la seguridad (no logras la potencia y velocidad adecuadas en aceleraciones).
Para corroborarlo (de esta comprobación conviene no abusar), hay quien echa el freno de mano, mete tercera o cuarta velocidad y después suelta el embrague poco a poco. Si no se cala, significa también que algo falla.
Presta también atención en caso de que tengas:
- Coche no es muy viejo: si tienes alguno de estos síntomas, es posible que el disco tenga algo de aceite (en un embrague seco), procedente de alguna fuga, y entonces patine sin que tenga que estar desgastado. En tu taller de confianza te lo indicarán con más precisión.
- Coches clásicos: Algunos precisaban de regulaciones constantes del recorrido del pedal para asegurarse de que el disco de embrague y el volante motor tuviesen un contacto adecuado. Si el embrague patina, quizás un ajuste del mismo solucionaría ese patinamiento.
Para evitar que patine si necesitamos circular para acercarte al taller mecánico, debes conducir de manera suave, evitando aceleraciones a fondo, con lo que procuras evitar males mayores.
Olor a quemado
Si el embrague patina demasiado sobre la superficie del volante motor acabará oliendo mal, un olor muy similar a los frenos sobrecalentados. Si además de percibir alguno de los fallos anteriores pero no huele a nada, descarta que patine por una fuga de aceite, ya que el el roce de los materiales con los que está fabricado el disco de embrague los que producen ese olor característico y el aceite lo anula.
En este caso, has de detener el motor. Si realmente el disco está gastado, estarás dañando otras piezas, como el volante bimasa. Si no está gastado, has de esperar a que se enfríe o te lo acabarás cargando del todo pues la superficie acaba carbonizándose por sobrecalentamiento excesivo (lo que se conoce como “quemar el embrague”).
Pedal de embrague duro
Tanto si el pedal está duro o se ha acortado el recorrido normal es muy posible que el disco de embrague tenga ya un desgaste que aconseje cambiarlo. Ojo, puede ser indicación de un fallo en el cable de embrague o del sistema hidráulico que lo acciona (diferentes en función del vehículo).
¿Se rompe el embrague del coche?
Todo puede romperse, pero se trata de un elemento de desgaste. Si llega al final de su vida útil, no funciona como es debido y no deberías seguir utilizando el vehículo. Corres el riesgo de dañar el volante motor e incluso romperlo.
Lo que sí es habitual (me ha ocurrido en dos ocasiones) es que se rompa el cable de embrague, que conecta el pedal con todo el sistema. Detectar este fallo es facilísimo, ya que el pedal se junde del todo. Sustituirlo es muy sencillo y económico. No recomiendo mover el coche hasta sustituirlo, pero es posible hacerlo, siempre que tengamos allgo de tacto y conozcamos bien cómo funciona el coche: al embragar queda unido el motor con la transmisión y al desembragar dejamos de trasladar el movimiento del motor a la caja de cambios, que cuenta en su interior con sincronizadores, que engranar las velocidades igualando el piñón a la velocidad de su eje.
Es posible entonces arrancar en segunda (el coche avanzará al principio a saltos, cuidado) y luego, aumentar las revoluciones y, levantar el pedal del acelerador para engranar la siguiente marcha. No será instantáneo, pues no «entra» hasta que se igualen las velocidades del secundario con el sincronizador. Eso sí, para reducir no resulta tan sencillo y es preferible que llames desde el primer momento a una grúa.
¿Cuánto cuesta cambiar el embrague?
Un embrague puede durar toda la vida del coche si no abusas de la conducción en ciudad y lo empleas correctamente, evitando malos hábitos como apoyar el pie en el pedal sin tener que utilizarlo, no pisarlo a fondo en los cambios de marchas o no usar el punto muerto en las detenciones para evitar presionarlo. Si es así, no es raro ver coches con 200.000 km con el mismo embrague que les montaron en fábrica.
¿Cambiarlo? No es una reparación barata, ya que en muchos de los modelos es preciso desacoplar la caja de cambios del motor, lo que implica muchas horas de mano de obra. Es por ese motivo que, una vez que hay que cambiarlo, conviene no escatimar. Aunque solemente haya una pieza afectada gravemente (normalmente el disco), conviene cambiar junto a él otras, como el plato de presión o el collarín de empuje.
Que tampoco te sorprenda que el mecánico sugiera cambiar también el volante de inercia. Este elemento, que regula el giro del cigüeñal, se encuentra en el extremo de este más próximo a la caja de cambios, unido al embrague y se encarga de transmitir el movimiento del motor a la caja de cambios y, desde ahí, a las ruedas. No es una pieza barata, pero como sufre desgaste conviene cambiarla… so pena de hacerlo más adelante suponga cientos de euros extra.