En un momento de incertidumbre como el que estamos viviendo, otras modalidades se imponen a la compra de coche tradicional. Empresas como Wabi llevan tiempo ofreciendo el coche por suscripción, que actualmente está en auge entre los particulares por su flexibilidad. Sin embargo, también hay otras más tradicionales que han estado presentes en los últimos años como el leasing o el renting. Hoy vamos a hablar de las diferencias que existen entre todos ellos para que sea el usuario el que pueda tomar la decisión final.
En primer lugar vamos a separarlas en dos grupos por su duración. Las que van más al medio o largo plazo con el leasing y el renting, mientras que el rent a car y la suscripción buscan más satisfacer a corto plazo. El leasing nació como una operación de financiación que consiste en un alquiler a largo plazo que termina con la adquisición del vehículo. Su particularidad precisamente es que desde el principio, normalmente, se tiene el objetivo de finalizar con la posesión del coche, aunque no siempre tiene porqué.
Por su parte, en el renting se establecía también esa modalidad de alquiler a largo plazo, normalmente entre dos y cuatro años, aunque sin esa necesidad de comprarlo al finalizar el contrato. Es interesante y muchos particulares optan por él debido a que no hace falta un gran desembolso inicial y a que las cuotas mensuales están establecidas y no hay sorpresas. Además, se puede cambiar de vehículo al finalizar el renting. Sin embargo, también ha evolucionado y ha crecido su flexibilidad, permitiendo la compra al término del contrato y siendo más parecido al leasing que antes.
Si nos pasamos a las modalidades cortoplacistas, el rent a car es el alquiler de coche más tradicional. Es el que se coge por unos días cuando se necesita un coche estando de vacaciones o en una ciudad ajena. Proporcionalmente es la modalidad más cara, no va a interesar si el alquiler se extiende más de dos semanas. Para eso ya han salido otras opciones más equilibradas como es el coche por suscripción. Está en auge debido a que puede cubrir muchas necesidades con sus ventajas.
Lo bueno de la suscripción al coche es que la duración mínima es un mes y que se puede renovar, o no, con total libertad al no tener permanencia más allá. Bajo la cuota mensual que se paga, están incluidos prácticamente todos los servicios que se podrían necesitar, como el seguro a todo riesgo con asistencia, el mantenimiento del vehículo o los neumáticos. También es una modalidad muy digital que se puede gestionar a través de una app móvil de una forma simplificada con respecto al resto.